Capítulo 17. Aprender para crecer

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Rachel observaba el reloj avanzar lentamente, aunque ese interminable tic tac solo hacían la espera más insoportable, en ese momento, todo el equipo se encontraba junto a ella en la sala de espera de un hospital de Moscú, donde Dylan fue trasladado, por suerte el castaño recuperó la conciencia antes de que lo subieran a la ambulancia, así que todos parecían un poco más tranquilos porque lo vieron despierto.

—¿Qué tan mal estaba?—susurró Rachel a Grayson, el cual estaba a su lado, pero el castaño de anteojos se veía preocupado, él sabía que las cosas iban a terminar así, pero no insistió lo suficiente.

—Debe tener varios huesos rotos y una contusión, pero creo que el golpe final solo aceleró el desmayo por la fatiga—susurró Grayson, suavemente.

—¿Estará bien?—susurró Rachel intentando no ponerse a llorar otra vez, sin embargo, alguien más respondió.

—Esto es tu culpa—dijo Dominic enojado, mirando a Rachel, quien frunció el ceño.

—¿Mi culpa?—

—Basta Dominic, no estás pensando con claridad—dijo Damian molesto, pero el hombre lo ignoró y se levantó para acercarse a Rachel y la tomó del brazo para levantarla de la silla con brusquedad.

—Suéltala Dominic—dijo Grayson seriamente mientras Jeremy y Damian alejaban al nombrado de Rachel, quien se veía sorprendida.

—Tú, maldita sinvergüenza, esto es tu culpa, mi hijo estaba bien hasta que apareciste en su vida, y ahora quieres enredarlo con un hijo que tal vez ni es de él, si no respetaste a tu esposo tampoco lo respetarás a él—dijo Dominic fuera de sí. Damian lo detenía para que no se acercara a Rachel.

—Vámonos—dijo Grayson tiernamente, sacando a Rachel de la sala, pero, en cuanto estuvieron alejados, la pelinegra empezó a llorar—No Rachel, esto no es tu culpa, Dominic intentó buscar la forma de que Dylan creyera que empezará a perder peleas por ti, pero eso no es cierto, esto es culpa del mismo Dominic, le dije que estaba fatigando a Dylan y no le dio un respiro ni siquiera antes de la pelea—agregó Grayson, abrazando a Rachel, quien se aferró a él intentando detener las lágrimas.

Horas después, el médico salió y todos se reunieron nuevamente para escuchar como estaba Dylan.

—Le hicimos una resonancia y no tiene ningún daño salvo una leve contusión, necesitará mucho descanso, tiene dos costillas rotas y dos fracturadas, tuvo suerte, las rotas estuvieron a punto de perforar un pulmón, tiene un hombro dislocado, una muñeca fracturada, múltiples hematomas, pero me preocupa más el grado de fatiga, lo mejor es que descanse el próximo mes, si se cuida lo suficiente, estará como nuevo—aseguró el médico. Todos suspiraban un poco aliviados, ahora tenían la certeza de que Dylan estaría bien.

—¿Podemos verlo?—preguntó Damian dudoso.

—Claro que sí, pero...¿Usted es Rachel?—preguntó el médico suavemente mirando a la pelinegra, la cual asintió.

—Sí, señor, ¿Por qué?—dijo Rachel, preocupada.

—Quiere verte—dijo el médico sonriendo, y ante eso, Rachel suspiró aliviada antes de seguirlo.

En cuanto llegó a la habitación, Rachel entró con rapidez y se acercó a Dylan, el cual estaba en la camilla, rodeado de máquinas y tenía varias heridas en el rostro.

—Mi amor...—susurró Rachel, acariciando tiernamente las mejillas de Dylan, el cual la miró con dolor.

—Lo lamento tanto—susurró Dylan resignado, pero Rachel lo miró confundida.

—¿Por qué dices eso?—

—Les fallé, perdí—

—No mi vida, todos sabemos que estabas cansado, no fue tu culpa, tú sigues siendo el mejor—susurró Rachel tiernamente y Dylan levantó su mano sana para acariciar su mejilla.

What Hides My Hearth 🥊🩰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora