Epílogo

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Doce años después.

—No te rías Dylan—se quejó Miles, este ya tenía 40 años, así que se había retirado del boxeo y entrenaba a otro joven.

—Oye, te repito que Rachel dio a luz a Maddie a los 41 años, no sé por qué tienes pánico si el terrón tiene 37—aclaró Dylan riendo, caminando por la oficina del gimnasio.

—Es mi tercer hijo y no creo que sea fácil—dijo Miles preocupado.

—Que tu esposa te diga que está embarazada es motivo de celebración, quita la cara de velorio—dijo Dylan sonriendo, sin embargo, la puerta se abrió de golpe y Rachel entró por la misma.

—Dylan, tenemos que hablar—dijo Rachel seriamente.

—Por Dios, dime que no estás embarazada—se quejó Dylan mientras Miles reía a carcajadas, y ante eso, Rachel lo miró incrédula.

—¿Bromeas?, ambos estamos operados, y yo hace rato, soy...menopausica—murmuró Rachel con fastidio, odiaba esa palabra.

—En ese caso, te escucho mi amor—dijo Dylan, más tranquilo.

—¿Interrumpí?—preguntó Rachel mirando a ambos hombres, pero Miles sonrió.

—No, solo es Dylan dándome consejos de cómo ser padre de tres niños—

—Le aclaré que no es tan difícil y yo tengo cuatro hijos—dijo Dylan sonriendo, pero eso fue tentar la suerte, porque segundos después todos sus hijos entraron a la oficina y como vieron a su mamá ahí, empezaron a confesar.

—Papá, nosotros íbamos a hablar con los dos al mismo tiempo, pero mamá solo escuchó a Jake y se enojó—dijo Nick suavemente, el cual ya tenía 20 años.

—¿De qué...?—empezó Dylan confundido, pero no lo dejaron hablar.

—Todo es culpa de este tonto—dijo Rosie molesta, mirando a Jake, la castaña ya tenía 25 años y era toda una mujer, y una boxeadora profesional.

—¡¿Mía?!, esto es culpa tuya—se quejó Jake indignado, el pelinegro ya tenía 16 años;, pero ante eso, Dylan miró a Rachel confundido, la cual se cubrió el rostro con resignación.

—Eres un metiche renacuajo sin gracia—dijo Rosie enojada.

—Eres una bruja—dijo Jake igual de enojado.

—Papi, no es mi culpa, me provocaron—se quejó Maddie. Madeleine Sykes Greene ya tenía 11 años, y era la viva imagen de Rachel en todos los aspectos.

—Oigan...—empezó Dylan intentando detener a sus hijos, pero todos hablaban al mismo tiempo.

—Sabía que debía buscar un buen momento—murmuró Nick, mientras sus hermanos discutían.

—Quería ser hija única—dijo Maddie frunciendo su pequeño ceño.

—Tú no fuiste planeada, eres el resultado del viaje de mamá y papá a Filipinas—dijo Jake como si nada.

—Jake—dijo Rachel enojada al ver que su pequeña miraba con molestia a su hermano, aunque no entendió toda la oración—por suerte—.

—Eso no es cierto, no fue resultado de ese viaje; además, la mayoría de ustedes no fueron planeados—dijo Dylan con tranquilidad.

—Dylan—se quejó Rachel incrédula, y sus hijos miraron indignados a su papá.

—¿Qué?, por lo menos cerraron la boca—dijo Dylan tomando aire—Uno a la vez, ¿Qué ocurre?—preguntó el castaño, pero sus cuatro hijos empezaron a hablar a la vez.

—¡Ya basta!—dijo Rachel ocasionando que todos cerraran la boca—Tú no, Dylan—agregó la pelinegra molesta.

—Oye, ¿Por qué estás enojada conmigo?, aún no entiendo qué ocurre—se quejó Dylan.

What Hides My Hearth 🥊🩰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora