Capítulo 5. Deseos que transforman

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Al día siguiente, Rachel fue en la mañana para retomar el ensayo para el recital, ella tenía una presión más grande porque debía interpretar a dos personajes, eran como la representación del bien y el mal, de la pureza y la maldad, pero ella insistía que su problema estaba en interpretar a Odette, aun así, Everly insistía en que ella tenía una dulzura innata, aunque Rachel por momentos lo dudaba.

—Ahora, si explícame, ¿Qué ocurrió ayer?, con quién hablabas, que no querías que el bueno para nada de tu esposo lo notara—dijo Tyler, mirando a Rachel. Todos estaban tomando unos minutos de descanso.

—En realidad no fue nada, llevé a una compañera de una de mis alumnas a un gimnasio donde su mamá la recogería, y su hermano sustituto me agradeció—respondió Rachel sonriendo, y eso no era mentira, solo estaba omitiendo información.

—¿Es lindo?—preguntó Tyler curioso, pero Rachel sonrió antes de beber un poco de agua.

—Tú tienes novio—

—No lo digo por mí—dijo Tyler como si nada.

—Yo estoy casada—aclaró Rachel como si fuera obvio, pero Tyler bufó antes de sentarse junto a su mejor amiga.

—Tu mamá y tu abuela te obligaron a casarte con un bueno para nada, tú no lo quieres, no te presiono, pero soy realista, tal vez algún día te sientas atraída por alguien más—susurró Tyler suavemente, y Rachel sonrió ante eso, aunque no tardó en negar.

—Le debo respeto a Nathen, que él busque otras mujeres es porque...ya sabes, es diferente—susurró Rachel de vuelta, Tyler y sus amigas estaban al tanto de lo que le pasó a los 18 años porque los conocía desde muchos años antes, y asistía a la academia con ellos, así que estos se enteraron de todo, por suerte no la presionaron, pero tampoco se alejaron de ella.

—Sabes que yo te apoyo en lo que quieras y decidas, pero tal vez algún día notes que tu matrimonio con Nathen no va para ningún lado—dijo Tyler sonriendo antes de beber su propia agua, y Rachel parecía pensarlo, pero dejó el tema porque sabía que no iba para ningún lado.

Cerca de las 5 pm, Rachel volvió a su casa y lo primero que hizo fue hablar con Mason, ella confiaba plenamente en él y sabía que no la delataría.

—¿Está segura de eso, jefa?—preguntó Mason, dudoso, pero Rachel sonrió.

—Sí, es parte de mi terapia, Olivia lleva años diciendo que debo hacer cosas diferentes si me siento cómoda, y él es amable, además, me sentiría mejor si aprendo un par de cosas—aseguró Rachel, caminando por el jardín.

—De acuerdo, nosotros cuidaremos su espalda—

—Gracias Mason, pero también...—empezó Rachel sonriendo, y el hombre parecía entender.

—No le diremos nada a su familia, incluyendo a su esposo, pero su papá...—

—Hablaré con él mañana cuando lo vea para almorzar, no hay problema—

—En ese caso, usted dirá cuando quiere salir—

Rachel solo le dijo a su familia que entrenaría un par de horas en la noche para el recital, y como Mason y los demás vigilarían el lugar, no se sentía desprotegida, lógicamente al escuchar eso, su familia estuvo de acuerdo siempre y cuando se cuidara, eso sí, la pelinegra agradeció que Nathen no estuviera en casa, sabía que él sería un problema, pero ya vería cómo lidiar con él; sin más, salió rumbo al gimnasio, sabía que Mason y los demás permanecerían en los autos estacionados afuera por si algo pasaba, así que estaba tranquila, eso hasta que llegó, porque de la nada sintió que los nervios la invadieron, pero no eran nervios de miedo, era algo diferente.

What Hides My Hearth 🥊🩰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora