Capítulo 10. Promesa de amor

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Luego de que Rachel tenía un papelito con los números, las tres mujeres se despidieron para retomar el entrenamiento, y la pelinegra se acercó a Dominic para preguntarle si podía usar el teléfono de la oficina, lógicamente el hombre no se negó.

—Oye...—Rachel se giró y vio a Dylan entrar a la oficina antes de cerrar la puerta—¿Te lastimó?—preguntó el castaño, acariciando los brazos de Rachel, quien negó.

—No, no te preocupes, y debo agradecerle a los demás que evitaran que hicieras algo, sabes cómo terminaría—susurró Rachel tiernamente.

—¿Quieres que me quede tranquilo al ver como te trata?—susurró Dylan incrédulo, y Rachel acarició sus mejillas.

—No quiero que tengas problemas, por favor, solo olvidemos lo que pasó, hablaré con él, pero tranquilízate—susurró Rachel besando brevemente los labios de Dylan, quien suspiró.

—Te juro que si él te vuelve a poner una mano encima, no respondo y no me importa si quiere largarse con su dinero, aunque ni siquiera es de él...—

—Lo sé, pero te pido que te calmes, por favor, hazlo por mí, no quiero problemas—pidió Rachel nuevamente.

—De acuerdo—

—Bien, llamaré a Mason y me iré, pero es mejor no dar de qué hablar—susurró Rachel suavemente, y Dylan sabía a qué se refería.

—Es cierto, debo irme, pero ¿Te veo esta noche?—

—Creí que tenías que entrenar—

—Tengo que entrenar, pero puedo ir a verte después, si quieres—susurró Dylan dudoso, pero Rachel sonrió.

—Te veo allí—

Cuando Mason pasó por Rachel y esta abandonó el lugar, Dominic se acercó con seriedad a su hijo, al parecer no estaba de acuerdo con lo que pudo hacer.

—Tú no me educaste para ser un imbécil que se queda parado, solo viendo como maltratan a una mujer, lamento que ahora te moleste que haga algo—dijo Dylan golpeando el saco de boxeo con fuerza, y se notaba porque este se movía bastante a pesar del peso.

—Oye, no te reprocho eso, pero estabas demasiado enojado para considerar que así reaccionarías por cualquier mujer, mírate—dijo Dominic incrédulo, pero Dylan se detuvo.

—¿Te recuerdo que Rachel me pidió ayuda para aprender a defenderse de estas situaciones?, y luego yo le dije que no podía seguir ayudándola porque tú me lo pediste, si papá, disculpa si tengo un poquito de conciencia y me siento culpable—dijo Dylan antes de retomar los golpes.

—Tranquilo, ella puede venir y que otra persona le ayude, Erin y las demás dijeron que la ayudarían—dijo Dominic cruzándose de brazos.

—De acuerdo, entonces dejemos el tema—

—No te hagas eso Dylan, ella no dejaría a su esposo—el castaño se detuvo ante eso y miró a su progenitor confundido.

—¿Insistes en que me involucré con ella?—

—No, insisto en que tienes un interés diferente en ella—aclaró Dominic.

—¿Cuál es el problema?, tú mismo acabas de decirlo, ella no dejará a su esposo y tampoco lo engañaría, contrario a lo que ese imbécil cree, ella es una buena mujer—

—Lo sé, pero me preocupa lo mucho que te estás involucrando en esa situación—

—No estoy involucrado—

—Te preocupas demasiado por ella—

—Insisto que no hay problema porque ella no tiene el más mínimo interés en mí—

What Hides My Hearth 🥊🩰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora