𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍'𝐒 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄 | ' la unión es la pérdida '
‾‾‾‾‾‾‾‾‾‾« en donde Cíon Metaxás
acude al llamado de
auxilio de su amigo Grover. » ‾‾‾‾‾‾‾‾‾‾
▹ percy jackson fanfiction
▹ femoc x maleoc?
▹ no se aceptan copias y/o adaptaciones
▹ actu...
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POR MÁS que amara el invierno —mi estación favorita—, detestaba que mi hogar estuviera repleto de flores marchitas.
Por supuesto, ningún acto fue mi responsabilidad. Claro que mi madre lo sabía, pero no podía evitar sentir algo de culpa al verla tirar el agua y reemplazar el jarrón con alguna flor sintética.
Ella odiaba esas cosas.
La sonrisa de mamá me indicó que era mejor no decir nada, menos hacerle recordatorio que no era responsable de marchitar las flores, pese a estar en pleno invierno.
—¿No irás a ver a Percy hoy, cariño? —preguntó tras lavarse las manos.
La luz que traslucía la ventana de la cocina golpeó sus ojos grises como la presencia de un espíritu que pronto se borró a causa de las nubes acumulándose a crear el cielo nublado.
Con su pregunta, entonces, mi estómago dio un vuelco. Una sensación agria.
—Percy está en el campamento, mamá —traté de sonar desinteresada, pero sabía que no tardaría en darse cuenta—. Creímos que era mejor intercalar nuestras visitas en caso de llamar la atención de..., ya sabes. Que dos hijos de los Tres Grandes deambulen, juntos y en un mismo punto, no es buena idea.
Esperaba que no hiciera demasiadas preguntas al respecto. Pero estábamos hablando de Adriana Metaxás, siempre obtenía lo que quería.
—Pero ustedes siempre han estado juntos.
La miré.
—¿No te gusta cuándo te visito?
Sus cejas se juntaron.
—Cíon, por supuesto que me gusta —se acercó y tomó de mis hombros para abrazarme—. Sólo no me gusta verte de este modo.
Al separarse, inspeccionó mi cuerpo y pasó una mano por mi mejilla.
Las manos de mamá eran siempre cálidas y agradables, nada podía cambiarlas. No obstante, por alguna razón, mi rostro esquivó su atención.
—¿Qué quieres decir? Estoy perfectamente bien.
Aunque a ella no le pareció así.
—¿Has estado comiendo bien en el campamento? —empezó a bombardearme de preguntas—. ¿Duermes bien? ¿Tomas suficiente agua? ¿Quirón te ha estado exigiendo...?
—¡No, mamá! Nada de eso...
—Cíon, ¿te has mirado en el espejo últimamente? Entiende que sólo me preocupo por ti.
Ya lo sabía, por eso era molesto.
Por supuesto que me he visto en un espejo. Quería gritarlo para que todo el departamento me oyera. Me abstuve sólo por tratarse de mi madre.
