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¿Quien dice que todo tiene que ser como uno peor lo imagina?

Después de haber llorado un poco más entre los brazos de Jisung y de haber recibido uno de sus habituales y dulces regaños por no haberle contado todo desde el inicio, me tranquilice lo suficiente como para pensar con más claridad.

Él tenía razón, estaba siendo realmente infantil, ¿Por qué debería creer que había perdido cualquier tipo de oportunidad contigo por el simple hecho de encontrarte recibiendo el afecto de alguien más?

Bien podría resultar ser un familiar tuyo, ¿No es cierto?

Bien, como sea, igual habían pasado algunos días y no volví a verte con aquel chico, lo que me tranquilizaba de alguna manera y me dejaba mucho más tiempo libre para concentrarme en llevar a cabo mi nuevo plan para la festividad de San Valentín; qué por cierto parecía estar arrasando con la cafetería, pues durante varios días logré verte ir de aquí para allá acomodando y decorando.

Parecías cansado, pero nunca dejaste de sonreír, lo que era extremadamente bueno para el lente de mi cámara, que durante varios minutos había estado esperando por el momento perfecto para capturar tu belleza entre los últimos rayos de sol que entraban por los ventanales, mientras toda la naturaleza y los colores de la cafetería se mostraban tenues en un fondo romántico.

Desde el inicio había estado tomando tantas fotos tuyas cómo podía, cuando no me veías, que ya tenía un montón de rollos por revelar; no sabía cuándo ni cómo, pero te las haría llegar llenas de poemas que había estado leyendo mientras pensaba en ti.

Tú de verdad me gustabas demasiado, pero admitirlo con tanto anhelo solo me hacía preguntarme una y otra vez... ¿Qué haría si en realidad me rechazabas?

No creía tener un corazón tan fuerte como para soportarlo.

Los días desde que te había conocido parecían ir incluso más rápido de lo habitual, un evento venía detrás del otro y la mayor parte del tiempo me dejaban desorientado, sin embargo, el día de San Valentín resultaría ser el más caótico de todos.

No estaba esperando nada en realidad, pero lo que sucedió tampoco era lo que hubiera deseado. No cuando noté tu rostro llenó de sorpresa al recibir ese maldito obsequio.

Todo estaba planeado, la manera en la que me acercaría a ti por primera vez, mi confesión y las razones por las cuales no deberías rechazar mis sentimientos, incluso la manera en la que terminaría arrodillado frente a ti si todo eso no resultaba.

Al final del día no estaba molesto con quién sea que haya sido el idiota en jugarme esa broma, ni siquiera me interesaba, pero sí que estaba molesto conmigo mismo. Era ilógico siquiera imaginar que lo que me sucediera te importara aunque sea un poco, pero reconozco que había reaccionado como un loco, desde luego que después de eso no podría siquiera mirarte a los ojos.

Minho y Jisung tampoco habían ayudado en mucho y me ponían de los nervios con esas maneras suyas de tratarme delante de ti.

¡¿Por qué todo siempre parece ponerse en mi contra cuando se trata de ti?!

No lo entendía y tampoco lo quise entender los próximos días en los que me rehusaba a volver a la cafetería.
Jisung me contó con sorpresa que tú habías salido de allí tan pronto como yo lo había hecho, lo que nos hacía estar confundidos a ambos, pero con mi ridícula depresión y lo mucho que la universidad le exigía a él, ninguno de los dos logró completar una versión de los hechos que nos convenciera lo suficiente.

Así que, me quedaban dos opciones:

1. Creer en todo lo bueno y mantener aunque sea una mínima esperanza de que habías comenzado a tener un poquito de interés en mí. (Aunque fuera solo por mi rabieta de aquel día)

O...

2. Aceptar que me estaba volviendo loco y todo lo que aseguraba que pasaba en tu mirada, era producto de mi imaginación.

Ya no sabía en qué creer, no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba sucediendo, pero tuve que armarme de valor y regresar a Coffee Prince, porque tú aún estabas allí... Si me notabas o no, eso se lo dejaba a la suerte.

Sin embargo, no pasó ni un solo día cuando los problemas regresaron a mi, ¡Otra maldita nota! Y esta vez sí que la había leído, definitivamente se trataba de alguien que me quería joder la vida, porque aquel "bonito" más que halago, me resultaba a sarcasmo.

Minho creía que podía tratarse de una inocente chica, Jisung pensaba que era gracioso porque quizás alguien intentaba burlarse de mí después de haber sido un jugador todo este tiempo, pero yo solo podía quedarme con mis propios pensamientos y esos resultaban en lo peor, como que se trataba de un ¡maldito pervertido!

Al menos no había leído la primera nota, porque sino, quizás me hubiera vomitado el doble.

Estaba tan furioso que sin pensarlo dos veces había salido del departamento sin arreglarme un solo cabello y ya que tenía la seguridad de que tú no estarías durante el turno de la mañana, me dispuse a armarle un escándalo a tu jefe.

Definitivamente nunca imaginé que aquella mañana tu llegarías de la nada o que Jisung y Minho irían detrás de mi para detener mi alboroto. Lo que más me molestaba de aquel día, fueron las palabras malintencionadas de mis amigos, ellos mejor que nadie sabían porque no podía aceptar a nadie más, mucho menos sus pretenciones.

¡Era una ridiculez intentar conquistar a alguien que había presenciado como alguien más tenía interés en mi!

Sin embargo, mi enojo no me dejaba asimilar las tonterías que me proponía hacer con cada día al volver y aceptar que aquellas notas siguieran apareciendo.

Mi plan había cambiado y me había propuesto atrapar de una vez por todas a mi pequeño acosador y dejarle en claro mis sentimientos por ti. Así, volvería a tener el camino libre y volvería a ti sin rabietas o escenas vergonzosas.

Debía ser un excelente plan, ¿No es cierto?

Debía ser un excelente plan, ¿No es cierto?

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𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 [𝓗𝔂𝓾𝓷𝓛𝓲𝔁]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora