𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 [𝓗𝔂𝓾𝓷𝓛𝓲𝔁]

PÁGINA 29

—Si mi equipo gana, vayamos juntos a la fiesta en Coffee Prince.

Fue lo que propusiste aquella noche, mientras tu mirada se encontraba con la mía por un breve momento, llena de una emoción indescriptible y acompañada de una encantadora sonrisa.

Una de esas que solo tú sabías obsequiarle al mundo y a las que hubiera querido aferrarme por siempre, sin embargo...

En su momento no supe cómo reaccionar, ni que decir, mi corazón comenzó a latir con fuerza, pero en cuanto me dí cuenta que aquella invitación estaba abierta también para Tammy, solo pude asentir cabizbajo, mientras contemplaba la emoción en su mirada.

Era evidente que tú le gustabas, pero más allá de sentir alguna molestia, darme cuenta de ello me ayudaba a mantener los pies sobre la tierra y obligarme a recordar que tú estabas enamorado de alguien más; además de que las posibilidades de que aquella encantadora chica fuera quien había robado tu corazón aumentarán día con día tras ver la conexión que tuvieron desde el inicio y el porqué Jisung le había pedido a Chris que fuera ella quién intercambiara lugares con Seungmin.

Desde que te conocí nada ha sido claro para mí, existen cientos de suposiciones a mi alrededor y muchas de las cosas que creo que son seguras terminan siendo lo contrario.

Quería escuchar las palabras de Chris cuando decía que tu rostro parecía iluminarse siempre que estábamos juntos, pero en tan complicada situación siempre resultaba mejor aferrarme a los consejos de Seungmin y dejarte ir de una vez por todas, antes de que el dolor por ver desaparecer todo rastro de ilusión terminara por destrozar lo poco que me quedaba de corazón.

Durante aquella última semana, me aseguré de atesorar cada mirada intercambiada y las sonrisas despistadas que lanzabas por casualidad hacia mi, las pequeñas conversaciones y esos roces de manos, aunque, mi recuerdo favorito seguramente siempre sería la tarde en la que te acercaste a mi para sacar de entre mis cabellos una hoja del cerezo que florecía al lado de nuestra carpa; tus mejillas lucían tan rosas como aquellas pequeñas flores y mi cuerpo temblaba con cierta emoción, mientras mi mirada buscaba caer en cualquier otro sitio que no fuera tu boca.

Alguna vez escuché decir a alguien muy especial, que para una persona enamorada, besar no es solo rozar los labios, sino verlos y también desearlos... Y en ese preciso momento, en el que todo parecía desaparecer a nuestro alrededor y con el corazón saliéndose de mi pecho, me dí cuenta que yo ya te había besado muchas veces sin rozarte.

El día antes de que terminarán los juegos había llegado a su fin y con ello mi oportunidad disfrazada de tortura para estar cerca de ti, también. Sabía que al día siguiente ya no trabajaría y que muy probablemente mi melancolía no me permitiría asistir a la dichosa fiesta, así que, pasé más tiempo del necesario adorando tu presencia hasta los últimos instantes, deseando ser tan buen dibujante como tú para capturarlas en lienzo, o que por lo menos Seungmin dejara de mandar tantos mensajes seguidos para lograr escuchar lo que le decías a Tammy entre risas.

—¡Dios! ¿Qué es lo que te sucede?

Fue lo primero que le grité, en cuanto atendió mi llamada.

—F-Felix, ¿Recuerdas aquella rifa de viajes completamente pagados en la que participé a principios de año?

—¿Rifa?

—Sí, cuando compré un boleto con los veinte dólares que te debía.

—¿Qué? No... ¡Oye, espera, tu dijiste que ese dinero lo habías perdido en un partido de béisbol!