¿UNA PÁGINA MÁS?

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"Felix"

Habían pasado algunos meses después de lo ocurrido en París y aunque la llegada de Hyunjin a la ciudad no fue la mayor de mis sorpresas luego de que me pidiera ser novios en aquel hermoso invernadero que yacía sobre una azotea, con la imagen de fo...

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Habían pasado algunos meses después de lo ocurrido en París y aunque la llegada de Hyunjin a la ciudad no fue la mayor de mis sorpresas luego de que me pidiera ser novios en aquel hermoso invernadero que yacía sobre una azotea, con la imagen de fondo más linda que nos podía ofrecer la Torre Eiffel, en el día y hora exacta que había dejado en ese mensaje, ese que lo había impulsado a ir tras de mi y al que le agradecía haberlo cambiado todo.

En tan solo un año había vivido todo un cataclismo de emociones y sensaciones, sin embargo, no podía quejarme, no ahora que gracias a todas ellas tenía la fortuna de sostenerlo entre mis brazos. 

Muchas cosas habían cambiado al regresar de nuestro viaje, pero volver a mi lugar en Coffee Prince nunca estuvo en discusión; amaba mi trabajo, era nuestro lugar y además, tanto nuestra relación como la de nuestros amigos iban de maravilla, ya no habían razones para huir de los recuerdos, al contrario, era momento de crear más de ellos.

Convertirnos en pareja fue todo un acontecimiento al inicio, pero entre muchos nervios y nuevas experiencias para ambos, logramos acostumbrarnos a la presencia del otro. Muchas veces intentamos salir en citas dobles con Minnie y Chris, incluso con Jisung y Minho, pero ninguna funcionó para nosotros, de hecho aún no puedo decidir con quiénes fue peor, si con los que nos abandonaron en el restaurant por escaparse e irse a besuquear en algún otro rincón o con los que no pararon de discutir en todo el recorrido al parque de diversiones, para que al final se arreglaran con un apasionado beso delante de nosotros, claro, no sin antes habernos separado en el momento perfecto de los juegos artificiales, solo porque necesitaban un "respiro".

Lo nuestro en realidad era salir a pasear los fines de semana y disfrutar de un picnic después de jugar algunas partidas de ajedrez o ver k-dramas en mi departamento, con Hyunjin casi durmiendo encima de mi porque la palabra "espacio personal" había desaparecido completamente de nuestro vocabulario. Algunos días también seguía intentando enseñarle a cocinar, sin embargo, el horno y él llevaban una pésima relación, en la que regularmente las manos de Hyunjin terminaban con alguna quemadura menor. Y aunque algunas veces llegué a pensar que la vida de artista no iba conmigo, comencé a encontrarle el gusto después de que en una ocasión no lograra resistirme y pasáramos de una pequeña pincelada sobre la mejilla hasta una inminente guerra, que tristemente terminé perdiendo con el cabello lleno de pintura naranja, solo porque aquél tramposo me besó antes de que lograra pintarle la cara de morado. 

En poco tiempo su estudio se volvió nuestra guarida secreta, dónde muchas veces terminé envuelto entre flores y mantas, posando para él, siendo su musa e inspiración; muchas veces mientras me pintaba, solía decir que seguramente una de sus pinturas más famosas sería uno de mis retratos, sin embargo, a mí me gustaba pensar que sería uno de esos magníficos cuadros con atardeceres de colores, pues resultaba increíble la manera en la que te atrapaban, era como si la eternidad por fin hubiera tomado forma y aquel sentimiento, solo Hyunjin era capaz de transmitirlo.

𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 [𝓗𝔂𝓾𝓷𝓛𝓲𝔁]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora