MINDY GONZALES
El sexo telefónico continuó entre los dos durante las dos semanas que Nathaniel estuvo fuera de la ciudad. Casi a diario, había días en los que era asombroso, Mindy se corría para Nathaniel y Nathaniel para Mindy; pero había otros en los que las memorias volvían a esparcirse entre las fantasías hasta volverlas pesadillas demasiado tangibles que Mindy simplemente no conseguía alcanzar el orgasmo.
La primera vez que esto sucedió, fue a la segunda noche, en el segundo encuentro telefónico. Mindy sintió que había decepcionado a Nathaniel, que lo haría sentir menos capaz o menos viril por no conseguirlo, que sus habilidades eran insuficientes cuando no era en lo absoluto el caso. Sin embargo el hombre mostró comprensión.
-No esperaba que consiguiéramos provocarte un orgasmo todas las noches, Mindy.-
-¿No?-
-Por supuesto que no. Todavía tenemos mucho que trabajar por delante para lograrlo.-
Tenemos... Le gustaba que se incluyera en esto, le hacía sentir que no estaba sola en este camino a la sanación. Nathaniel se esforzaba en complacerla como si su placer fuera el suyo también.
-No sientas presión Mindy, para mí, una charla contigo es tan placentera como un orgasmo.-
Mindy sonrió, extrañamente, era lo más lindo que un hombre le había dicho antes. (Sin contar a Vince porque ese hombre sólo tenía miel y halagos para ella todo el tiempo).
-¿Muy cursi?- Preguntó Nathaniel, adorablemente incómodo por su propias palabras.
-Muy cursi.- Confirmó riendo. -Pero lo agradezco, fue dulce.-
Muy dulce. Mindy se acostó sobre su costado, atrapando su celular entre su oreja y la almohada.
-Nathaniel... gracias por todo lo que has hecho por mi desde que nos conocimos.-
-No hay nada qué agradecer, lo hice todo por el simple y egoísta placer de disfrutar tu compañía.-
-Aun así, lo agradezco sinceramente.- Mindy tragó saliva.
Abrirse ante otros es parte del proceso... Su psicóloga le había aconsejado una vez. Había omitido ese consejo lo más que pudo, únicamente aplicándolo a personas selectas, pero después de todo lo ocurrido, Nathaniel clasificaba como una de ellas.
-No te conté esto antes, pero yo estuve casada una vez, con un hombre terrible.-
Su cuerpo comenzaba a temblar, pero Nathaniel se merecía el contexto, ella le había dado retazos y piezas inconclusas de su pasado, nada concreto. Ahora le tenía confianza, no temía compartir un poco más de ella misma.
-Éramos novios desde años atrás. Era el chico perfecto para mí, acorde a mi familia.-
Una familia conformada por una madre con expectativas inalcanzables y un padre emocionalmente distante. Su único aliado ahí, era su hermano, Ethan.
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LAS CRÓNICAS DE MINDY (18+)
Romance¿POR QUÉ TENER UN SUGAR DADDY... CUANDO PUEDES TENER DOS? La literatura erótica es la pasión de Mindy González. Después de su fallida experiencia en el amor se refugia en el romance homoerótico entre las páginas, donde los hombres eran perfectos y n...