Ordo Theoritas. [GUAPODUO]

Capitulo 0

Sangre. Demasiada sangre.

Aquel líquido espeso esparciendose por el suelo creando un enorme charco rojizo.

Aterradora escena que bloqueaba su pequeña y frágil mente, inmóvil sin poder mover siquiera un solo músculo, el miedo apoderándose de cada extremidad manteniendo el cuerpo tembloroso.

Frente a él, el cuerpo de un hombre sobre el suelo, rodeado de ese líquido rojo.

Sin responder, sin despertar.

Solo ahí, descansando en un sueño eterno.

-Papá...

Llamados que no eran escuchados.

¿Por qué el hombre no despertaba?

¿Por qué le decía "papá"?

-Jefe, tenemos al niño.

Una grave voz provino de sus espaldas, sin embargo, ignoró a esos hombres desconocidos que se encontraban interrumpiendo la tranquilidad de su hogar. Solo deseaba que aquel hombre se levantara y le dijera que todo estaría bien.

-Papá...despierta.

Removía el cuerpo con delicadeza, esperando una respuesta.

-Entendido, llevense al niño.

Dió una orden haciendo que los demás obedecieran sin dudarlo, se acercaron al pequeño niño de 4 años y entonces lo tomaron de los brazos con la idea de llevárselo consigo.

Cosa que el pequeño se negó forcejeando y tratando de escapar con lagrimas sobresaliendo de sus asustados ojos, no quería ir con esos desconocidos, no quería separarse de su querido "padre".

- ¡Papá! ¡Papá! ¡Ayúdame!.

Gritaba aterrado.

Pero su padre jamás contestó.

Jamás dió señales de vida.

¿Acaso su padre estaba...

Muerto?.

¡Papá!

Abrió sus ojos despertando de golpe alterado y agitado, habiendo ligeras gotas de sudor recorriendo el rostro de un chico asustado, quien se reincorporó sentándose sobre la cama en medio de una sobria oscuridad, y entonces cerró de nuevo los ojos al descubrir que estaba en la realidad, entendiendo que todo se había tratado de una simple pesadilla.

La misma pesadilla que lo perseguía desde años.

Cubrió su rostro con una mano queriendo calmar el ritmo de los latidos desenfrenados que le golpeaban el pecho, apesar de los años, seguía reaccionando igual ante aquel sueño. Como si fuera la primera vez, una y otra vez, como si lo hubiera vivido en carne propia.

La sensación del miedo carcomiendo su cuerpo, el corazón latiendo con fuerza y la desesperación al gritar las mismas palabras.

"¡Papá!"

Esas palabras que le hacían eco en la cabeza como un bucle infinito, queriendo encontrarle sentido alguno, aún sabiendo que solo era un estúpido sueño.

Solo es un sueño...- susurró tratando de convencerse a sí mismo, apesar de que la inquietud permanecía fija en descubrir que significaba aquello.

¿Qué era ese sueño?.

¿Quien era el hombre rodeado de sangre?.

¿Quienes eran todos los que aparecían en ese sueño?.