✉ 1 ✉

299 22 6
                                    

El sol comenzaba a salir, los ruidos de las pájaros se hizo presente deleitando a todos con una dulce melodía.

En un acogedor hogar, empezó a sonar una ruidosa alarma que levantó al azabache malhumorado del vecindario.

Como siempre, empezó su sofisticada rutina y en poco tiempo se encontraba en la cocina preparando el desayuno.

Por otro lado, estaba el cartero del vecindario, el cual escuchó la alarma, pero era tan olvidadizo que se le olvidó que debía levantarse y volvió a dormirse.

El azabache llamado Frank, se le hizo extraño que su esposo tardará tanto en bajar, así que subió a ver qué pasaba.

-¿Eddie?

Entró lentamente a la habitación encontrándose al pelirrojo profundamente dormido sin ninguna pena.

-¿Te volviste a dormir? Debes ir al trabajo.

Frank empezó a moverlo para que se despertara, pero nada.

-¿Me estás ignorando Eddie Dear?

Indignado iba a irse de ahí, pero se le ocurrió una idea. Subió al ático, busco entre unas cajas y encontró los que buscaba: arañas de plástico.

Bajó otra vez a su habitación y acomodó las arañas de plástico para que su esposo se despertara ante el extraño tacto.

-Supongo que empezaremos el día con una broma.

Luego, cuando vió que Eddie se movía confundido se escapó de la habitación y bajó a la cocina para fingir que nada había pasado.

Abajo siguió con lo suyo hasta que escuchó los gritos de su esposo y sus pasos indicando que se dirigía hacia él con prisa.

-¡CARIÑOOOO! ¡SE ESCAPO UNA DE TUS ARAÑAS!

-¿En serio? Espero que con ella se haya escapado tu sueño, toma asiento cariño, vamos a desayunar.

-Pero...

El pelirrojo al ver la tranquilidad de su esposo lo entendió.

-Oh, era una broma... Ja, supongo que me lo merezco, pero no más arañas por favor-Dijo tomando asiento.

-Está bien, no más arañas.

Comieron muy agusto mientras hablaban de lo que harían ese día, al terminar Eddie se alistó para su trabajo, se despidió del azabache y empezó con sus labores.

Afortunadamente, Frank no se la pasaba solo una vez que Eddie salía a trabajar, su amiga Julie siempre estaba con él, ella lo visitaba y viceversa.

Ese día irían de compras ya que a Frank le hacían falta algunas cosas, jugarían un nuevo juego que inventó Julie y por último esperarían a que su esposo regresara para ver una película los tres.

Una vez listo, se dispuso a esperar a su amiga, usualmente no le gustaba la impuntualidad, pero cuando se trataba de Julie o Eddie era tolerante conociendo lo olvidadizos que eran.

Frank no era de meterse en la vida de sus vecinos, pero había uno que lo inquietaba y hacia que quisiera saber más de él, ese era: Wally Darling.

Él siempre actuaba muy extraño, pero ninguno de sus vecinos parecía notarlo. Tenía una mirada muy penetrante que parecía perturbarlo solo a él, a veces decía cosas incoherentes y desaparecía.

-Creo que estoy sobrepensando mucho su actitud.

-¡Hola Frank!

Julie por fin había llegado.

-Por fin, ya me había cansado de esperarte.

-Perdón, me detuve en el camino porque vi unas flores muy bonitas, pero vamos que se nos hará tarde.

Ambos amigos se apresuraron para llegar a la tienda de Howdy mientras eran observados por Wally.

🦋ᴍʏ ʜᴜꜱʙᴀɴᴅ💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora