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Frank iba de camino a casa de Poppy, pues le había prometido ayudarle a hacer un pastel para la obra de Sally.

Al llegar encontró a Wally entregándole un cuadro a Poppy para luego irse.

Le causó curiosidad el cuadro, pero no quería ser entrometido y solo entró cuando Poppy lo recibió.

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Al entrar, la mayor colgó el cuadro en la cocina mientras preparaba las cosas para hacer el pastel y así pudo ver de qué trataba.

Era un cuadro muy bonito y detallado, no por nada Wally era el mejor y único pintor del vecindario.

La pintura era un retrato de la casa de Poppy, había muchos colores vibrantes que llamaban fácilmente la atención.

Mientras más inspeccionaba la pintura se dió cuenta de que en la esquina inferior izquierda había un poco de la misma sustancia negra que encontró la otra vez.

-Oye Frank, ¿Vendrás ya?

-Oh si, lo siento Poppy, comencemos.

Mientras Frank hacía la mezcla para el pastel, Poppy hacía la mezcla para el glaseado y todo estaba en silencio, pero no en uno incómodo, sino un silencio pacífico, hasta que el azabache decidió empezar con preguntas.

-Oye Poppy, ¿Qué piensas de Wally?

Ante esta pregunta, la mayor dejó caer el recipiente en donde estaba haciendo el glaseado muy asustada.

-Poppy tranquila, ¿Estás bien? Mejor tomemos un descanso.

La guío a su sala de estar para que se tranquilizara mientras limpiaba la cocina.

Al terminar, pensaba preparar té para relajarla, pero no tenía, iba a tener que ir a Howdy's Place.

-Ya vuelvo Poppy, trata de tranquilizarte, iré a comprar unas cosas.

La mayor no respondió, así que mejor se fue.

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Luego de comprar té y velas aromáticas para su vecina, el azabache iba de regreso tratando de entender porque la mayor se había puesto así, algo tuvo que ver o escuchar para mostrar cierto miedo hacía Wally, aunque pensándolo bien, ella le tenía miedo a todo, pero no a sus vecinos.

Todo era cada vez más extraño, y se puso más extraño cuando escuchó los gritos de Poppy.

Se apresuró a llegar a su casa y entrar, pero no podía, la puerta estaba trabada, unos minutos después llegaron los vecinos que quedaban a tratar de ayudar.

-¡Poppy! ¿Que sucede? ¡Abre!-Sally estaba tratando de abrir una ventana ya que la puerta no abría, pero no cedía.

-¡Queremos ayudarte Poppy! ¿Quién o qué está ahí?-Howdy trataba de romper la puerta, pero estaba extrañamente dura e inmutable.

-¡No! ¡No! ¡No! ¡Váyanse!-era lo único que decía la mayor.

Howdy, Sally y Frank trataron todo el día de entrar y ayudarla, pero fue inútil, ella se negaba y se negaba así que tuvieron que dejarla en paz.

Al principio pensaron que con el tiempo se tranquilizaría y saldría, pero no fue así, desde ese día no ha salido.

Como Poppy no salía ni nada, Frank se comprometió a hacerle el pastel a Sally y al entregárselo ella estuvo muy agradecida.

La razón de Sally para seguir con su obra luego de todo lo sucedido era que tal vez así podía subir el ánimo de los demás.

Nadie estaba seguro de como eso serviría, pero no era momento de discutir.

Tiempo después, Frank fue a la oficina de Eddie para encontrar información ya que pensaba que estaría recorriendo el vecindario como siempre.

Para su sorpresa no fue así, esta vez estaba ahí el farsante, así que tuvo que volver a usar la excusa de la comida para entrar.

Ya adentro no sabía cómo sacarlo, por lo que se dedicó a vigilar cada movimiento que hacía y se dió cuenta de algo importante.

Estaba escribiendo con la mano derecha

En otra circunstancia esto no sería ningún problema, pero es que Eddie es zurdo.

Esto entraba a su lista de "pruebas de que no era el Eddie real".

Lo pensó mucho y por fin encontró una excusa creíble para sacarlo de la oficina.

-Oye cariño, acabo de recordar que Sally solicita tu ayuda para su obra de teatro.

-Me encantaría, pero en estos momentos no puedo, además, ¿Porqué específicamente yo?

Bingo.

-¿Lo olvidas? Porque eres el más fuerte del vecindario y... ¿De verdad no la ayudarás? Que raro, siempre ayudas a los demás aunque tengas cosas que hacer. Es por eso que tardas más de lo que deberías en terminar tu jornada.

El farsante se quedó callado, a este punto estaba dudando si seguir poniéndolo entre la espada y la pared, quizá de tanto hacerlo empiece a sospechar que él sospecha que no es el Eddie real.

-Oh cierto, bueno, es mejor ayudar para ser ayudado, ¿Verdad? Ya regreso.

En el momento en que se fue, el azabache empezó a buscar por TODO el lugar, pero no encontró nada.

Aunque también era difícil buscar algo que no sabes ni que es, estaba buscando a ciegas algo que le parezca extraño y ya.

Pero nada.

Se rindió y prefirió sentarse y hacer como si nada hasta que llegó el pelirrojo.

-Sally me dijo que no necesita ayuda.

-Oh, supongo que lo arregló por ella misma, te lo informé muy tarde lo siento.

-No te preocupes cariño-volvió a tomar asiento y siguió trabajando.

Frank ya se estaba aburriendo, así que decidió irse hasta que Eddie lo detuvo.

-Antes de que te vayas, ¿Sabes dónde está el bolso donde llevo mis cartas? Lo he estado buscando pero no lo he encontrado, estoy usando uno que me hizo Julie, pero no es tan profesional que digamos.

Cierto, el bolso.

En es bolso había sobres rojos como el que soñó la otra vez.

Tal vez esa sea la respuesta.

-Lo siento, no lo he visto, pero lo buscaré, no te preocupes.

Salió rápidamente del lugar y empezó a buscar por toda la casa ese bolso hasta que lo encontró.

-Lo tengo.



🦋ᴍʏ ʜᴜꜱʙᴀɴᴅ💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora