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Frank tuvo que levantarse luego del molesto ruido del teléfono, al contestar se dió cuenta de que era Poppy muy preocupada por su desaparición de ayer.

-Siento mucho haberme ido así como así de tu casa ayer y preocuparte Poppy, me surgió una... emergencia.

-¿De verdad? Espero que no haya sido muy grave.

-No, no te preocupes, todo está mejor.

-Bueno, ahora que se que estás mejor, en un rato te llevaré algo de comer para que te sientas mejor por lo de ayer...

-Es muy amable de tu parte vecina, muchas gracias, nos vemos en un rato.

Luego de colgar, se dispuso a empezar su día; se bañó, se cambió, se arregló y por último bajo a la cocina para hacerse un pequeño desayuno.

Cuando estaba poniendo la mesa escuchó como la puerta principal se abría.

Obviamente se asustó, ninguno de sus vecinos tenía una copia de la llave, tenían confianza, pero no ese tipo de confianza.

Las únicas personas que tenían llave para su casa eran Julie, Eddie y él, pero ninguno de los dos anteriores estaban... Ya no más.

Lo más cerca que estaba de él era un sartén, así que lo agarró y de manera lenta se dirigió a la puerta principal de la casa.

Se asomó un poco y no podía creer lo que veía. Era Eddie, y estaba de lo más normal poniendo sus cosas en el perchero.

En cualquier situación iría corriendo a sus brazos, pero no lo hizo, se le hacía muy raro que hasta ahora apareciera y como si nada.

Se le hizo aún más raro cuando Eddie volteo para verlo y le sonrió.

-Hola cariño, ¿Cómo estás?

Frank no respondió, el ambiente no se sentía para nada familiar, pero algo le dijo que actuara como si todo estuviera bien, así que lo hizo.

-Muy bien, ¿Y tú? ¿Cómo te fue con Barnaby? ¿Arreglaron sus problemas?-trato de no nombrar el hecho de que en un principio Eddie había dicho que era un problema con Wally, pero él no parecía saber mucho de eso.

-Si, perdón por tardar y preocuparte.

-No importa, ¿Tienes hambre?

-No gracias, solo tomaré una fruta, iré a la oficina un rato, tengo que ver que tantos pedidos retrasados tengo.

-Muy bien, ve con cuidado.

El mayor fue a la cocina por un manzana y se despidió para ir directo a la oficina de correos.

Ojo de loco nunca se equivoca, así que Frank hizo un poco de comida para llegar a la oficina de su esposo con una excusa.

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Al llegar uso su copia de las llaves y entró como si nada, su esposo aunque se sorprendió, lo recibió con una linda sonrisa.

-Ya sé que dijiste que no tenías hambre, pero es importante comer así que te traje algo, espero que no te importe.

-Claro que no, muchas gracias cariño-respondió el pelirrojo dándole un beso y yéndose al otro lado de la habitación para ver unos papeles-Déjalo en mi escritorio por favor, con gusto lo comeré.

Frank asintió y fue a dejar las cosas en su escritorio como él le pidió, pero sin querer derramó un poco de jugo en las manualidades que su esposo tenía ahí.

-¡Tus manualidades! ¡Lo siento mucho!-agarró un trapo e intentó limpiar el espacio para que no se mojaran las otras cosas hasta que su esposo hablo.

-Déjalo ahí cariño, no importa, es solo papel.

El azabache quedó perplejo en su lugar.













































Solo...

























































¿Papel?

🦋ᴍʏ ʜᴜꜱʙᴀɴᴅ💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora