La mañana siguiente había llegado y Eun Woo había despertado gracias a los rayos de sol que se colaban por la ventana, al moverse un poco y sin querer despertó a Rosé.
— Buenos días amor
— Buenos días querida, perdón no quise despertarte — dijo Eun Woo apenado
— Descuida, desperté hace rato solo que me venció el sueño de nuevo — comento la rubia con una sonrisa, para entonces recibir un beso por parte de su esposo
— ¿Eso es música?— pregunto Eun Woo confundido, al escuchar una melodía como si viniera de fuera o estuviera en un volumen bajo
— No lo se— contestó confundida al seguir un poco adormilada
—Bien como sea ¿Qué podremos preparar para el desayuno? Quiero sorprender a mis padres
— Podemos preparar pan cakes, ¿Te parece?
— Bien, iré a la cocina y así ver si falta algo para preparar el desayuno
— Te acompaño
Eun Woo y Rosé se levantaron y doblaron el tendido en el que habían dormido, para entonces dirigirse a la cocina y encontrarse con una escena que hizo a Eun Woo sentir que tenía ocho años nuevamente, pues en la cocina se encontraban sus padres bailando al son de aquella vieja canción, mientras preparaban el desayuno, sonrió al ver que hacían reír a sus hijos de la misma manera en la que lo hacían reír a él de pequeño.
Eun Woo tomó la mano de su esposa y se dirigió junto con ella hasta donde ellos estaban para comenzar a bailar de igual manera y sentirse tan afortunado por vivir ese momento, Eun Woo se sentía dichoso pues tenía a su esposa e hijos con él, pero sobre todo aún tenía a sus padres con él, aquellos que siempre le enseñaron el lado bueno de la vida e hicieron hasta lo imposible por darle lo mejor, agradeció al cielo por el hecho de que sus padres se siguieran amando de la misma manera en la que lo hacían cuando él era pequeño y que aún que los años pasaran ellos siguieran cumpliendo aquella promesa de que "harían parecer todos los días, como si fuera el comienzo de su historia" le hacía saber que el amor si existía, así que él trataba de implementar todo aquello que aprendió sobre el amor gracias a sus padres, con su amada esposa, aquella que nunca lo dejo solo, que jamás lo juzgo.
Esa mujer era uno de los regalos más grandes que la vida le había dado, y está misma le brindo a él aquella tarea que siempre tuvo miedo de adquirir; el ser padre.
Siempre tuvo miedo de no poder ser un buen padre, pues el siempre creyó que sus padres eran los mejores, pero cuando tuvo entre sus brazos a su amada hija y a los años a su pequeño niño, aquel miedo se fue para siempre y él estaba tan agradecido con su esposa por traer a sus pequeños al mundo, que trataba de todos los días demostrarle el gran amor y admiración que él tenía hacia ella, tal y como alguna vez vió hacer esto mismo a su padre Jungkook con su padre Taehyung.
Aquella canción que estaban bailando había terminado, ambas parejas habían terminado en poses exageradas, algo que hizo reír a los pequeños de la casa, después de eso Taehyung mandó a todos los demás a poner la mesa para el desayuno, así como también a lavarse manos y dientes, órdenes que obedecieron sin poner un pero de por medio, después de un rato y de haber terminado todo lo que se les había ordenado se sentaron en la mesa, cuando se abrió la puerta de repente, dejando ver a todos aquellos hombres que Eun Woo siempre conoció como sus tíos.
— ¡Hemos llegado familia!— dijo Jin mientras cargaba unas cuantas bolsas
— Buenos días viejos — dijo Jimin quien entraba de la mano con su querida esposa Jennie, y no es que él fuera muy joven pero al ser más chico al igual que sus otros dos mejores amigos, lo hacía disfrutar del hecho de llamar viejos a todos los demás
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"Una vez en diciembre"
RomanceCorría el año de 1930 en un pequeño pueblo ubicado en las afueras de Italia, su nombre ya no se conoce pues se fue junto con ellos, esta es la historia de dos amantes que se amaron hasta el final, a pesar de ser prohibido, de los obstáculos, de las...