12. Egoísmo

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Wen Yinxing, tía materna de Wen Yuan, llegó a la casa de los lagos como una de las meseras contratadas para el evento de compromiso de la mayor de los Jiang la dama Yanli y el joven Jin Zixuan quien ahora no dejaba el lado de su presiosa mujer para que ningún lagarto o tiburón le arrabatara a su presa, estaba feliz de haberla recuperado de las garras de Wei el tigre de bengala Ying devorador de jovencitas inocentes.

Ella quería decirle a su sobrino que si quería podría venir a vivir con ella y su familia a Londres su esposo era un hombre bueno , que la acepto a ella y a su recién nacido bebe a pesar de no ser su hijo biológico, la trataba muy bien tenía buena economía y ahora que se enteraron que los weilan tenían a su sobrino el mismo le dió sus ahorros para que viajará a china a pelar por su custodia del pequeño.

Al ser ella pariente directo de la madre del niño sería más fácil que el gobierno revocara la adopción que los Wei tramitaron para que ella finalmente tuviera al niño en su casa, como siempre debió ser, una de sus primas trabajaba para la familia Jiang ella fue de las primeras que le dijo que podría acercarse al niño en esta fiesta pues los Jiang eran gente muy pacífica.

Los jiang no permitían nada de gente armada, seguridad privada y esas cosas puesto que ellos no le debían nada a nadie entonces esa era su oportunidad de oro y lógicamente que la tomaría, mientras tanto en la entrada de la casa los patriarcas recibían a algunos de sus invitados que venían de la cuidad de Quishan, el ejército de gente, niños y hasta perros llegaron en bandada bajando de varios vehículos, los nietos de madam Yu se arrojaron a los brazos de los niños Wei Wen haciendo carambola de cuerpos en el pasto.

Sentado en los hombros del menor de los Wei el pequeño Yuan se sujetaba fuertemente de los cabellos de su padre, pues los perritos estaban sueltos brincaban por todos lados así que papá Wei tubo que sustituir a mamá Wangji quien corrió apenas llegó a la casa al baño pues había comido un poquito de más al probar la comida de mamá Canseng que por cierto la vieja cocinaba delicioso, algo bueno debía tener.

Una ves todos en sus habitaciones cada oveja lidiaba con sus cabritos, algunos como Wen Quing necesitaba bastante ayuda pues tenía tres hijos pequeños y uno de 36 que era el más guerroso, por lo que Canseng siempre de entrometida se metía a robarle por lo menos a los menores.

Wangji no tenía problemas con los niños pues su hijo era sumamente diestro para vestirse por su cuenta el único problema eran las marcas que dejaba su marido en su cuerpo, pues las tenía que tapar todas con la ropa para que la sociedad protectora de esposas no lo encarcelara por abusivo.

Los invitados fueron haciendose presentes en el salón loto, estaba decorado en lila rosa y púrpura, pues eran los colores representativos de la familia Jiang, Yanli paseaba del brazo de su futuro esposo, este iba orgulloso a su lado, hasta que vio a ese hombre come pollitas tiernas y tontorronas, quiso distraer a su novia pero está de immediato pego el grito como una monja en carnaval.

Wangji se aferró a su hombre y le dijo con la mirada a su cómplice que pidiera ser cargado, papiii humm hummm, decía el niño, sujetando el saco de su padre para que esté lo alzará, hoooo mi bollito está cansado pero amor, si hoy no hicimos nada de ejercicio, decía el hombre le encantaba cuando su pequeño se ponía de plaga junto a su madre esos dos eran tan tiernos, quien sabe ahora a quien le estaban aplicando lo de uca uca el que se lo encuentre se lo enboruca.

Pero para el esos momentos de egoísmo de sus amores era la luz de su vida, la dama jiang paro en seco cuando su madre se paró frente a ella para contarle el paso, cariño moderate quieres mira el joven Wei trae a su esposa sabes que al joven Lan no le gusta para nada que otros llamen a su marido tan familiarmente, por qué no esperas otro momento para agradecer la ayuda, decía la dama Yu quien era más sabía y no por vieja sino por diabla.

Al pasar la noche Wei Ying pudo ser robado por algunos de sus viejos amigos que ahora ya todos eran hombres casados por lo que les gustaba llorar sus penas envidiando a Wei Ying por tener el privilegio de ser el único suertudo con esa esposa tan comprensiva, amorosa, callada y súper mamá por qué el pequeño niño que se parecía a ellos dos casualmente no dejaba de ser satélite de Wangji, el era el sol y Yuan giraba a su alrededor.

Deseo concedido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora