El vuelo había terminado, lo que seguía era recorrer cada calle y cada rincón de este precioso lugar, LA.
Me quede varios segundos esperando que los contactos de mi padre o quienes fueran, llegarán por mi, mi estomago ya quería ser dueño de alguna comida de por aquí.
Habían pasado varios minutos desde que me baje del avión y no llegaban por mi.
La desesperación me comía, ya que mi panza moría de hambre.
Decidí caminar y buscar un restaurante cerca de aquí.
Tome las maletas, que por cierto eran bastante pesadas y seguí caminado.
***
Ya había recorrido bastantes calles y no había rastro alguno de que por aquí hubiera algún restaurante.
A lo lejos vi a un chico, era bastante guapo, o por lo menos así lo veían mis ojos a 7 metros de distancia.
Debió verme cansada, porque enseguida corrió a ayudarme.
-¿Necesitas ayuda?.- dijo sosteniendo varias de las maletas que llevaba.
-No, creo que yo puedo sola.- respondí.
Era tan guapo, tenia planeado haberle dicho que sí si se ofrecía, pero mi boca dijo otra cosa, tal vez porque no estaba acostumbrada a conversar con extraños.
-¿No?, oye espera un momento.- dijo mientras levantaba suavemente mi barbilla, haciendo que nuestras miradas quedarán conectadas.
-¿Spencer? ¿prima?.- dijo mientras me abrazaba.-No puedo creer que estés aquí.
-¿Adam?- reaccione retardadamente y enseguida le devolví el abrazo.
Había cambiado tanto en tan poco tiempo que era casi imposible reconocerlo, pero algo sí no había cambiado........ él aún era mi primo.
-¿Qué haces aquí? - pregunté desconcertada.
-Bueno, mi trabajo no era muy bueno allá y ahora estoy trabajando en un proyecto que diseñe para una empresa de por aquí.
- Bueno eso significa que no estaré del todo sola.- respondí feliz de la vida.
-Si, yo tampoco estaré solo, pero..... tu ¿qué haces aquí?.- pregunto.
-Mamá pensó que era una buena idea conocer otros lugares.-respondí.
-Tu has cambiado mucho,pero ellos te siguen tratando igual, ¿cierto?
En pocas palabras era verdad, tal vez yo cambie, tal vez madure, pero ellos seguían siendo los mismos. No habian cambiado en nada.
-¿Sabes donde hay un lugar donde pueda comer algo?- pregunté para desviarnos del tema.
-justo iba para allá, si quieres vamos en mi auto.- dijo.
-¿ Yo? ¿En tu auto? So... Sí, la verdad es que muero de hambre.
Subió las maletas y abrió la puerta del copiloto para que yo subiera. El era realmente caballeroso.
***
- Creeme, no te pasará nada si te quedas en mi casa esta noche, además estarás más cómoda ahí. - dijo tratando de convencerme de que no me fuera a un hotel.
-De acuerdo, esta bien, pero sólo será por esta noche.- respondí apenada.
-No te pasará nada.- dijo mirándome tiernamente.
Tenia vario tiempo de no ver a Adam, pero era mi primo, y el y yo...
-Pasa.-dijo abriendo la puerta de su casa, se veía bastante linda por fuera, pero seguro dentro de ella estaría su cochinero.
Entre dando pasos cortos, él era mi primo, pero aun así no lograba tenerle la suficiente confianza como para quedarme ahí...con él.
-No te quedarás ahí ¿cierto?- insistió.
Pero bueno, en algo tenía razón, de estar con él a estar sola mil veces lo elegiría a él.
Entré y no, no era un cochinero lo que había dentro de su casa, todo estaba tan ordenado, tan limpio, los libros estaban justo donde deberían de estar, el sofa estaba perfectamente alineado a las líneas del azulejo y la cocina estaba impecable, todo estaba delicadamente tallado.
-Tu novia dede matarse por mantener esta casa en orden.- dije sin pensar en lo que podia responder.
-Mi novia no se mata por limpiar esta casa.- dijo.- En primer lugar porque no tengo, y en segundo porque hago lo que puedo para que este así.
¡No tiene novia! ¡ No tiene novia!.- gritaba mi subconsciente.
-Iré a arriba a ver si la habitación de mi hermana esta en buenas condiciones para que la uses.- dijo mientras subía las escaleras sin dejar de verme.
Y aquí estaba yo, parada justo en la sala de la casa de mi primo.
Mi curiosidad me mataba por voltear y ver si había rastro alguno de que Adam no tuviera novia.
No me di cuenta cuando fue que volteé para los lados y encontré un retrato de ¡Adam! Al lado de el había una chica de cabello café claro, tome el retrato, ella tenía puesto un vestido de novia y el portaba un traje, pude apreciar bien de cerca su barato vestido de mercado y su espantoso tocado, acaso mi primo estaba casado, segui mirando ese retrato, pero ahora era a él a quien veía.
-Es perfecto. - pensé en voz alta y sin darme cuenta de que Adam estaba detrás de mí. Lo note cuando sentí que alguien respiraba sobre mi oído.
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Heart Of Stone
FanfictionSpencer Hastings, integrante del grupo de Alison Dilaurentis. Haciendo un viaje a Los Ángeles, parando de buscar pistas sobre la extraña muerte de su amiga Alison, se encuentra con su primo, a quién hace muchos años no veía, surge una relación amoro...