—Hoy por la tarde llegaron estos papeles.- dijo Adam tirando con fuerza los papeles en la mesa, suponía que era el papeleo de la casa de la que mamá me había hablado.
Sabía que Adam estaba molesto porque yo no se lo había dicho, no le había dicho que el último mes que estaría aquí iba estar lejos de él.
—¿Cuándo pensabas decírmelo?- me gritó Adam molesto.
Podía jurar que en todos los meses que había pasado a su lado, jamás lo había visto tan enfadado como ahora, nunca había visto su mirada tan llena de odio, de enojo .
—Pensaba decírtelo cuando...
—¿Cuándo qué Spencer?- me interrumpió—¿Cuando que? ¿Cuando ya estuvieras lejos de aquí?
Temí que fuera a hacerme daño, verlo en ese estado era algo que yo no soportaba.
—Pensaba decírtelo esta noche, en la cena, papa compro esta casa para mi, ellos piensan que aún sigo en el hotel, mamá quiere que esté en la casa que papa compro, más que nada por seguridad de Melissa, este último mes antes de regresar, estoy segura que quiere dejar todo lo listo para la próxima vez que tenga que venir, porque conociendo a Melissa... estaré por mucho tiempo aquí.- comencé a decir.
—Debiste decírmelo.- dijo aún molesto.
—lo sé.- respondí.
Mañana muy temprano me iría de aquí.
No sabía si él estaría de acuerdo con eso.
—¿Cuando te instalas?- me pregunto caminando de un lado hacia otro como si estuviera balseando.
—Mañana por la mañana.- respondí asustada.
Esperaba que su reacción de enojó de hace un rato se hubiera desvanecido para que la respuesta a la pregunta que me había hecho no lo sacara de quicio.
—Maldición.- alcance a oír que dijo.
—Mis maletas ya están listas.- dije caminado hacía las escaleras.—Debo dormir.- hasta el hambre se me había quitado, ni siquiera quería probar bocado de la cena.
Pensaba oír un "descansa" o un "buenas noches" mientras subía las escaleras, pero no, sólo veía como Adam se lamentaba, sabía que quería quitar su furia de alguna manera, lo sabía porque no dejaba de golpear la pared.
Mientras estaba recostada en mi cama escuchaba los golpes. Cada vez aumentaba más el sonido, cada vez eran más fuertes.
Me entristecía saber que estaba así.
Hacerse daño el mismo, sólo para arrancar todo eso que sentía, y todo era por mi culpa.
Me sentía tan culpable. Más que nada porque sabía que si me acercaba a ayudarlo podría salir lastimada, y algo me decía que si lo hacia el no tendría consideración sobre mi.
*****
A la mañana siguiente...
Bajé las escaleras del segundo piso, caminé hacia la ventana y moví la cortinera. Él auto de Adam no estaba.
Era muy temprano para que Adam ya estuviera en su trabajo.
Me preocupe. Algo malo estaba pasando.
Lo más extraño era que en la cochera estaba una motocicleta.
—Hola, Adam salió desde temprano, me dijo que me asesorara de darte el desayuno antes de irte.- dijo una chica rubia.
¿Pero quien era ella? ¿Qué hacia aquí?
No me detuve en preguntárselo.
—¿Adam te contrato?- le pregunte sentándome en una de las sillas de la cocina.
—Si, a partir de hoy me encargare de la limpieza y las cosas de la casa, Adam me contó que su novia se irá de viaje.- dijo la rubia sentándose en la silla que estaba a mi lado.
Yo soy la novia.
—Si, esta tarde me iré, pero no de viaje.- después de eso la mire fijamente.
Por la cara que tenía podía deducir que era unos cuantos años menor que yo. Tenía las facciones de su rostro muy suaves, no era nada fea.
—Entonces ¿eres la novia?.- me pregunto aquella rubia.
—Si, me llamo Spencer... Spencer Hastings.- dije.
—Soy Megan Salvatore.- dijo lanzando una cálida sonrisa.
Esta chica era un peligro.
Adam podría enamorarse de ella en cualquier segundo. Su cara no tenía ninguna imperfección.
Yo tenía unos cuantos barritos en la nariz, eso no era muy agradable.
—¿De dónde se conocen tu y Adam?- pregunte repentinamente.
Conociendo la manera tan persuasiva de Adam podía deducir que no estaba aquí sólo por estarlo.
—Va todos los días por mi a la universidad.- dijo con descaro.
—Ohh.- bufé
Sabía que algo había entre ellos.
No había preguntado si iba por ella a la universidad o no pero de todas formas lo que me había dicho me había servido.
—Así que cursas la universidad, y Adam va por ti.- respondí.
—Asi es, espero que no te haya molestado el oir eso, pero si te sirve de consuelo solo somos amigos.- dijo caminando hacia la sala y sentándose en uno de los sillones.
No había conocido a una persona más insolente que ella.
Hasta el hambre se me había quitado.
Me levanté de la silla y camine hasta mi habitación.
Esta niña era peor que Melissa en sus tiempos de juventud.
—¡Spencer!- me grito mientras me veía caminar.—Adam se enfadara si no te alimentas.
—Ve y alimenta al gato.- le dije y continúe hasta mi habitación.
Si Adam podía soportar a esta niña todo el día yo no.
Cada vez me sorprendía más lo que se podía esperar de Adam.
Siempre termina sorprendiéndome.
Nunca se sabía exactamente lo que él haría.
Pero esta vez había cruzado la línea roja.
Termine de empacar lo último, un retrato mío y de Adam.
Lo metí en la maleta y lo acomode en un pequeño espacio que había en esta.
Salí de mi habitación y baje con mis cosas.
Sinceramente me hubiera gustado que Adam estuviera aquí, está tal vez sería la última vez que lo vería antes de irme, aunque sabía que podía verlo por las tardes.
No me iría de Los Ángeles sólo me mudaría de casa.
No sabía con exactitud que era más tonto, si mi cabeza que no paraba de pensar en Adam todo el día o mi corazón que me decía que me alejara de una buena vez.
Cada dia estaba peor, me estaba volviendo loca.
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Heart Of Stone
FanfictionSpencer Hastings, integrante del grupo de Alison Dilaurentis. Haciendo un viaje a Los Ángeles, parando de buscar pistas sobre la extraña muerte de su amiga Alison, se encuentra con su primo, a quién hace muchos años no veía, surge una relación amoro...