Aquellas palabras habían logrado atemorizarme.
Era el momento para pensar todo lo malo, pero yo no tenía ni siquiera cabeza para eso, mi mente estaba en blanco, no podía ni pensar, estaba literalmente paralizada del mundo exterior.
¿Qué era lo que estaba diciendo?
—¿De que hablas?.- pregunte confundida esperando una buena explicación, esta vez una muy buena explicación.
¿Qué era exactamente a lo que se refería? ¿Por qué esa manera tan dominante de ser? ¿Es que acaso sólo juega conmigo?
—Mira, esto es algo realmente complicado, se que te va a sorprender, por eso es que te doy la opción de irte cuando quieras.- comenzó a decir...
Noté nerviosismo en su mirada, esto era algo serio, fue entonces cuando comencé a preocuparme.
El hecho de verlo caminar sin parar de un lado para otro me preocupaba.
—No soy lo que piensas que soy.
Pero como sabía él lo que yo pensaba sobre él. Tal vez no pensaba exactamente lo que el creía.
—Cuando te vi por primera vez, estabas tan cambiada, tan diferente, pensé que tu forma de ser había cambiado, que habías conocido más sobre la vida, que habías conocido chicos, inclusive pensé que sostenías una relación, pero cuando te traje aquí, cuando te quedaste a dormir aquí por primera vez , y pasaron los días, todas las cosas que pensaba sobre ti, cambiaron, eres la persona más indefensa que eh conocido... Y la más ingenua.-dijo mirándome.
¿Por qué me decía esto?
Esas palabras fueron las que más dolieron.
Se acercó a mi lentamente, sin decir ninguna otra palabra. Yo tenía la mirada hacia el suelo, no quería verlo, no quería que me viera llorar.Levanto mi barbilla haciéndome mirarlo, me miró tiernamente, aunque no sabía si precisamente era así como me miraba, si era eso o era lástima, limpio suavemente las lágrimas que caían de mis ojos, se acercó más hacia mi, luego depósito un suave beso sobre mis labios.
Él beso comenzó a profundizarse, y en seguida me alejé.
—No sabes las ganas que tengo de hacerte daño.- dijo recargandose en mi frente, levanto una mano y la puso sobre mi cabello, luego jalo de el bruscamente haciéndome gemir de dolor. Estaba estirando demasiado fuerte.
—¿Por que?- alcancé a decir. Mi cuero cabelludo estaba a 40 grados.
No respondió nada, jalo con más fuerza.
—Por favor...- intenté decir pero en ese momento no sabía si lo estaba pensando o se lo estaba suplicando.
No me di cuenta cuando fue que dejo de jalar, ya no sentía nada.
Caminó hacia las escaleras, me miró y siguió su camino hasta su habitación.
—No puedo decirte nada aún... No puedo.- dijo cerrando la puerta y entrando.
No quería alejarme de él. Lo necesitaba.
***
A la mañana siguiente...
Desperté con miedo a lo que seguía.
Tome del closet una bonita blusa color crema de encaje, y unos ajustados jeans azules, sólo era cuestión de esperar a que era a lo que se refería.
Después de lo de anoche no quería ni verlo, tal vez lo mejor si era irme, estar un tiempo alejada de él.
Cogí mis flats beige y me las puse, este día decidí no ponerme maquillaje, después de todo siempre terminaba sin el.
Abrí la puerta de mi habitación sigilosamente y salí de esta.
Sólo pensaba en verlo en la mesa con su playera ajustada y sus pantalones flojos desayunando cereal deshidratado.
Pero para mi sorpresa en la mesa sólo había una nota:
~Espero que lo que pasó ayer no te haya sorprendido del todo porque lo que viene es peor, esta noche no llegare a casa, puedes hacer lo que quieras.
Te quiero.
-Adam.~
Era una nota en la que decía que podía hacer lo que quisiera y que esta noche no llegaría a casa.
Y si esta noche no llegaría, ¿A dónde se iría entonces?
¿Dónde y con quien dormiría?
Tome del llavero las llaves de mi auto y corrí hacia la salida de la casa, debajo del tapete había una reposición de las llaves originales, así que no tuve muchos problemas, cerré la casa y camine hacia mi auto y en seguida subí.
Era ahora o nunca salir un poco de esta casa, aunque me había molestado un poco su actitud hacia mi esperaba verlo esta mañana.
Hace ya vario tiempo que no pasaba por estas calles.-pensé mientras observaba varios de los restaurantes y cafeterías que había a tan sólo unas cuadras de la casa.
Adam se había encargado de darme una tarjeta para mis gastos. Después de todo no era tan malo como parecía, y afortunadamente mi cartera estaba llena de dinero efectivo, no tenía mucho de que quejarme.
En la alacena de la casa de Adam no había mucho con lo cual pudieras alimentarte así que decidí aparcar el auto cerca de una bonita cafetería.
Era realmente bonita.
Entre tímidamente y me senté en una pequeña mesita que se encontraba al fondo.
—Buenos días.-dijo un apuesto chico mientras se acercaba a mi y se sentaba a un lado mío.
—Buenos días.- respondí sonriendo.
Dudaba mucho que fuera el mesero, pero este chico si que en verdad era guapo.
—Me llamo Alex, acabo de llegar a Los Ángeles esta mañana y bueno, no pensé encontrar a alguien así por aquí.-dijo mostrando su linda sonrisa. Dios mío.
Nunca había visto un chico así.
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Heart Of Stone
Fiksi PenggemarSpencer Hastings, integrante del grupo de Alison Dilaurentis. Haciendo un viaje a Los Ángeles, parando de buscar pistas sobre la extraña muerte de su amiga Alison, se encuentra con su primo, a quién hace muchos años no veía, surge una relación amoro...