Capitulo 3. Punto débil.

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Era una situación bastante intimidante, el simple hecho de ser sólo primos arruinaba cada episodio ficticio que mi mente se imaginaba, pero era mejor así.
Debía aclarar todo y darme cuenta que por más atractivo, simpático o amable que fuera el sólo era mi primo, sólo eso.

Pasaron varios días desde lo que pasó esa noche, y aún sentía un nudo en mi garganta cada vez que lo veía bajar las escaleras. Sí, luego de que me propuso que me quedara en su casa hasta encontrar un buen departamento, la única respuesta que encontré fue aceptar, además, no le veía lo malo por ningún lado, ambos dormíamos en diferentes habitaciones, bastante alejadas la una de la otra y sólo lo veía unas cuantas horas a la semana ya que el tenía que trabajar.

Pero este día fue distinto a todos los demás. Lo vi bajar las escaleras como siempre antes de irse a su trabajo, lucía algo informal, esta vez no llevaba su pantalón y camisa formal, esta vez era sólo el, llevaba puesto un pantalón deportivo en color gris oscuro y una ajustada camisa negra, se veía perfecto.

Lo mire por varios segundos.

-No me mires así.- dijo mirándome con una gran sonrisa.

Al parecer estaba de buenas esta mañana.

-¿No irás a tu trabajo?- le pregunte mientras me dirigía hacia la cocina.

-No.- me respondió mientras me seguía.

Era demasiado raro que el faltara a su trabajo, jamás lo hacía, así que no dudé en preguntarle.

- ¿Por que?

- Porque quiero pasar más tiempo contigo.- dijo mientras se acercaba a mi.

Tal vez sólo estaba bromeando, sí, eso debía ser.
No respondí nada.

-Me gustaría pasar todo este día contigo, no se, llevarte al cine, a comer, de compras, lo que tu quieras.- dijo mientras acariciaba mi mejilla.

-Yo... No puedo.- respondí apenada.

-¿No quieres salir conmigo?- pregunto desanimado.

-No, no es eso.-respondí.

- Entonces, no lo entiendo, cancele todas mis malditas juntas para tener esta respuesta de tu parte.-dijo molesto mientras me tomaba de los hombros.

-Yo sé que tienes muchas juntas, pero no debiste cancelarlas por mi, yo no quiero que mal intérpretes las cosas, ir a comer o al cine no son cosas que hacen los primos, son otro tipo de intenciones, y por lo que veo ambos estamos mal entendiendo todo.- respondí sincera.- Tal vez lo mejor es que me valla de aquí.

Noté el odio en su mirada, estaba enojado, furioso.

- No voy a dejar que te vayas.- dijo acercándose cada vez más hacia mi.

Sentía su respiración agitada viajar por todo mi cuerpo.

Ambos nos miramos, el se acercaba cada vez más hasta lograr que nuestros labios rozarán, sabia perfectamente cual era mi punto débil, pero esta vez debía aparentar ser la fuerte.

- Iré a arriba por mis cosas.- dije rompiendo el silencio y caminado hacia las escaleras.

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