Capítulo 3: No eres hija de Dios

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Lilith

La madre me lleva a un cuarto que alejado del lugar.

Esto es muy extraño ¿que tengo de malo? ¿Se abran dado cuenta de lo qué pasó hace años?

-Necesito hablar contigo. -dice la madre. -He notado que eres un poco rara y diferente a los demás. Te noto una vibra extraña y algo me dice que tengo que estar al pendiente de ti. No eres pura, no eres una hija de Dios.

-¿A que se refiere madre? Yo he entregado mi vida al señor.

-Algo esta acosándote y tu se lo estás permitiendo. ¿Has tenido sueños raros?

¿Qué? ¿Tendrá que ver con el hombre de la otra vez?

-No. -respondo sería.

-Esta bien. Cuando acabe la misa le dire al padre que hable contigo. El sabrá que hacer. Pero no miento cuando digo que no eres hija de Dios, por más que te han inculcado estar al lado de él. Solo el padre sabrá que es lo que te ocurre.

-Madre no entiendo. -le digo y mis ojos se están poniendo llorosos.

¿Qué no soy hija de Dios? ¿Que no se supone que todos somos hijos de él por más pecados que hayamos cometido?

¿Será que todo esto me pasa por eso que ocurrió hace años?

-Ya puedes irte, el padre hablará contigo.

Me levanto de la silla en la que estaba sentada y me dirijo a la iglesia aunque la misa ya esté empezada.

Me limpio las lágrimas y trato de actuar de la manera más normal posible. Lo que me dijo que molestó, hizo ruido en mi mente.

-¿Que pasó? -pregunta Selene y Liliana.

-Nada importante, ahorita les cuento.

La misa continúa y 40 minutos después esta da fin.

Nos levantamos y nos dirigimos al jardín trasero del lugar para hacer una actividad en grupo.

Veo que la madre está hablando con el sacerdote, de seguro le está hablando sobre mi, ya que ambos voltean a verme al mismo tiempo.

-Ojalá no nos pongan a correr, me da flojera. -dice Selene.

-A mi también. -dice Liliana. -Lilith ¿no nos contarás? -pregunta.

-Les cuento en la noche, cuando estemos en la habitación. No quiero que los demás escuchen.

Nos ponen hacer equipos para jugar a la papa caliente. A quien le toque la pelota tendrá que decir algo de lo que esté arrepentido.

Solo espero que no me toque a mi.

Comienza el juego y le cae a una chica pelirroja.

-Me arrepiento de haber besado a mi mejor amiga. -dice la chica. -soy un fenómeno.

Todos la miran sorprendida, en especial las monjas. La miran con cara de asco.

-Lo bueno es que estás arrepentida de hacer esa aberración. -dice la madre superior.

¿Es necesario ser homofóbico para ser creyente? Porque si es así, entonces no estoy segura de que soy.

Continúa el juego.

Papa, papa, papa caliente...

Me tocó a mi.

Me quedo callada por mucho tiempo.

-Vamos, habla. -dice la madre.

-Me arrepiento tanto en haber confiado en los amigos de mis padres. -digo y lagrimas caen por mis ojos.

Entre ángeles y demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora