Capítulo 13: No es tu culpa

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Lilith

Mi primer día de regreso a clases no fue tan aterrador como esperaba.

Tuve 3 clases con mis amigas y un chico se me acercó. Al parecer es nuevo, pero siendo sincera se me hace extraño que acepten a un alumno a estas alturas del año.

Probablemente provenga de una familia poderosa o algo por el estilo.

Tiro mi mochila al piso, me quito la ropa que use para ir a la universidad para ponerme cómoda y bajar a comer con mi familia.

Recojo mi cabello en una coleta floja para que no me estorbe mi largo cabello al momento de comer.

Bajo al comedor con un pants negro y una blusa manga larga azul. Completamente cómoda.

—Prepare la pasta que te gusta mi amor. -dice mi madre sonriendo.

—¡Qué rico! -digo entusiasmada.

Nos sentamos a comer, pero antes hacemos la oración de los sagrados alimentos. Esta vez le tocó a mi hermana.

—Está delicioso. -dice mi papá.

—Si, mami, está muy rico. -dice mi hermana

—Gracias mis amores. Pero tenemos que hablar contigo Lilith. -dice sería.

Mi corazón se comienza a acelerar. Me dan miedo las noticias que sueltan mis padres de la nada.

—Hemos hablado con los Miller y llegamos a la conclusión de que lo mejor sería que te casaras con Jackson para poder mantenernos estables económicamente.

Mi estómago se revuelve y mi corazón está por salirse.

No, no me pueden involucrar con él.

—No. -digo firmemente.

—No me importa lo que digas, lo harás y punto.

—No lo haré, no pienso involucrarme con esa familia de abusadores. -digo mientras golpeó la mesa con mis dos manos.

—¡No está en discusión Lilith! ¿Acaso quieres que nos muramos de hambre? Ellos son los ricos del pueblo Lilith. Nos pueden ayudar.

—Entonces busca otra manera, yo no pienso hacer eso ¡Ni loca vuelvo a ese lugar donde me destrozaron mi vida! -les digo gritando. ¿No les importa como me siento? -digo en voz baja.

–Si nos importa mi amor -dice mi padre. –pero..

Lo dejo con la palabra en la boca y salgo corriendo hacia mi habitación con mi corazón en la garganta.

Un asco invade mi cuerpo, las ganas de llorar se apoderaron de mí. Mi cuerpo empieza a temblar. Me cuesta respirar y el recuerdo de aquella noche llega a mi cabeza.

"—¡Suéltame Jackson, no quiero! -digo mientras él me está forzando para poder besar mi cuello.

—No me importa que no quieras y tampoco le importas a nadie, ni siquiera a tus padres ya que no les importaría venderte a mi con tal de salir de la miseria en la que están viviendo

—Por favor Jack, suéltame.

—Tan linda e inocente. Grita, patalea o haz lo que quieras. Nadie vendrá por ti y nadie te va a creer. Nadie pensaría que el hijo del pastor hizo eso.

Lágrimas comienzan a salir, cierro mis ojos con fuerza y trato de luchar contra él para que me suelte, pero es inútil. Él tiene mucha más fuerza que yo.

El termina ganando."

Abrazo mi almohada tras ese recuerdo. Mis lágrimas estallan y al mismo tiempo una lluvia fuerte aparece de la nada.

Entre ángeles y demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora