Capítulo 4

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—¿Me estás diciendo que lo sabías y deliberadamente decidiste no decírmelo? — anoche no pude llamar a Connor para decirle cómo había estado la cena por la diferencia de horario que teníamos, no quería despertarlo.

Por tal razón lo llamé en cuanto dejé mi casa para venir al gimnasio, supuse que mencionar que Dasom también había asistido lo dejaría en shock, pero la sorpresa fue mía cuando nervioso me confesó que él sabía que Dasom estaba en la ciudad, incluso antes de que llegara.

—Deliberadamente no, ¿recuerdas que el día de la boda de tu hermano me dijiste que no querías saber nada de Dasom? Me pediste que no volviera a mencionarte nada sobre él porque necesitabas olvidarlo y dejar el pasado atrás, —me recuerda—. Aclarando esto, no decirte que estaba de regreso, era obedecer tu petición —se justifica.

—No es... —no puedo decir nada más porque está en lo cierto. Así que decido hacer otra pregunta—, ¿por qué le prometió a sus padres que no iba a tomar alcohol por un tiempo?

—No puedo hablar de eso, Ayla. Le daría la respuesta a él si se entera de que asististe a terapia un año antes, —es lo correcto. Eso es algo que siempre he admirado de Connor, aun siendo el mejor amigo de ambos, nunca ha hecho un comentario de más o ha abusado de la confianza que le tenemos, siempre sabe que puede y no puede decir—. Lo puse en contacto con un asesor de bienes raíces para encontrar un departamento antes de viajar, también fui a recogerlo al aeropuerto hace dos meses, ese día me di cuenta de que había rentado un apartamento frente a tu tienda, pero no dije nada.

—¿Cómo es posible que estuviera tan cerca por dos meses y yo no nunca lo hubiera visto? —tenía que preguntárselo, no he dejado de pensar en ello desde qué me dijo que vivía cerca.

—Porque él no quería que lo vieras, te vio varias veces, un par de ellas yo estaba con él, pero siempre te observaba de lejos, hace casi un mes estuvieron a punto de encontrarse frente a frente, pero te vio a tiempo y tomo otro camino, —trato de imaginar alguna de esas veces y no puedo. Toda esta situación no deja de parecerme increíble haberlo tenido tan cerca y no saberlo—, también te ha visto con Erik...

—¿Dijo algo? —no puedo evitar preguntar ello, y me lleva a pensar «¿se sintió como yo me sentí en el pasado?».

—Hola... —me recuesto junto a su casillero y él sonríe para mí. Me gusta mucho su sonrisa, pero me gustan más sus ojos.

—Hola Ayla, ¿Cómo estás? —sostiene un par de libros en sus manos acomodándolos uno a uno en su casillero.

—Bien, gracias, ¿y tú? ¿Extrañas la universidad en Corea? —no tenía nada preparado antes de venir a hablarle, solo tengo una pregunta y estoy demasiado nerviosa para hacerla de inmediato.

—Aquí es diferente, muy diferente al ritmo al que estoy acostumbrado, —termina de guardar sus libros y me da toda su atención—. No pensé que volvería a verte tan pronto, bueno, hablar contigo para ser más específicos, te veo a la distancia casi cada día.

«Yo también Dasom, yo también».

—Estudiamos en la misma universidad, me sorprende que no nos hayamos encontrado antes... —no puedo decir que llevo semanas observándolo, pero me alegra saber que aunque sea por error, él también lo hace.

—Estaba pensando en eso el otro día, ¿sabes? — confiesa—. Obviamente, yo sabía quién eras porque mi hermana siempre habla de ti, pero fue solo cuando inicié mis estudios aquí y conocí a Connor que empecé conocerte de forma más personal, eso me hizo darme cuenta de porque mi familia te aprecia tanto, —sus palabras me hacen preguntarme ¿también tenía curiosidad por mí?—. Creo que sabíamos mucho el uno del otro para dos personas que nunca habían hablado en su vida.

Olvidando a Dasom MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora