-No puedo creer lo de la sombrilla -Connor ríe. Apoya la bandeja sobre mis piernas y toca mi frente para ver si aún tengo fiebre-. Al menos hubieras esperado a que la lluvia se detuviera, mira cómo estás de enferma.Esta mañana, cuando mi madre me llamó, se preocupó al escuchar mi voz, por lo que llamó a Connor, quien ya venía en camino a recogerme para ir al gimnasio y le instruyó cómo preparar sopa, mientras ella iba a comprar un par de hierbas para poner en la tina.
Mientras la esperábamos, aproveché y le conté a Connor cómo es que contraje el virus, llevando a la conclusión de que Dasom también podría estar enfermo.
-Cuando Connor llegue, saldré un momento para llamar a Dasom y ver cómo está. Mientras tanto, dime, ¿por qué no subiste con él a su apartamento?
-No puedo seguir haciendo eso, necesitamos distanciarnos, no puedo arriesgarme más ¡Achu! -estornudo con fuerza y Connor sostiene la bandeja una vez más para que nada se derrame sobre mí-. Lo que hubo entre nosotros debe quedarse en el pasado.
-Siendo sincero, me siento mal por Dasom. No parece dispuesto a rendirse y sigue tratando de lidiar con tu dolor y el suyo, mientras que tú estás decidida a ignorar lo sucedido y pretender que todo está en el pasado. -También me siento mal por Dasom y, aunque Connor no lo entienda, es eso exactamente lo que quiero evitar, causarle más dolor.
Escuchamos la puerta abrirse y Connor empieza a darme la sopa con cuidado de no derramarla. Mi madre entra a la habitación y acaricia su cabello, observa la sopa y sonríe orgullosa del rubio.
-Mira que bien lo hiciste con un par de instrucciones, la sopa tiene buena pinta -mi madre toca mi frente y frunce el ceño preocupada-, la que no tiene buena pinta eres tú. -Connor ríe-. Prepararé la bañera con agua caliente y le pondré las hierbas que compré para que te baje la fiebre, tu abuela solía hacer esto cuando yo era pequeña, cariño, ayúdala a comer rápido antes de que se enfríe, ya regreso.
No logro comerme todo, pero sí la mayoría. Mi madre regresa a la habitación y le pide a Connor que me sostenga mientras ella me quita la ropa, dejándome en ropa interior y trenzando mi cabello.
Mi cuerpo tiembla y me cubren con una toalla mientras ambos me sostienen ayudándome a caminar hasta la bañera, siento que el piso congela mis pies con cada paso que doy.
Me meto en la bañera con cuidado y hago una mueca, sintiendo que el agua quema mi cuerpo. Mi madre me dice que es por la fiebre. Me recuesto con dificultad, apoyando la cabeza en el espaldar y cerrando los ojos para que mi madre ponga una pequeña toalla húmeda en mi frente, dejando caer agua por todo mi rostro para que sus hierbas hagan efecto.
Su teléfono suena y ella entrega la toalla a Connor para que vuelva a mojarla y repita el proceso mientras ella responde, él obedece.
-Hola, Yuri, querida, muy bien. Gracias, ¿y tú? -sonríe mirando sus manos-. Sí, esa misma, la puedes conseguir en el herbario cerca de mi casa, ¿estás resfriada? Oh, Dasom está resfriado... - Los nervios traicionan a Connor y deja caer la toalla dentro de la bañera al mismo tiempo que mis ojos se abren por la sorpresa. Ambos giramos nuestro rostro en dirección a mi madre, quien nos da una mirada burlona. Desviamos la mirada y le pasó la toalla para que la ponga en mi rostro; aquí no ha pasado nada. Me entristece saber que también está enfermo, pero debo concentrarme en lo que esté pensando mi madre en estos momentos-. Debe permanecer en la bañera por al menos diez minutos, no olvides ponerle un paño con esa misma agua en la frente y prepara una sopa de verduras. Deben ser las lluvias, porque Ayla también despertó enferma esta mañana -sé que eso lo dijo adrede, y trato de pretender que no causó nada en mí, pero estoy nerviosa y avergonzada-. Hazme saber cómo sigue, ten un buen día, nos vemos el fin de semana -estoy tratando de pensar en una excusa, pero me duele la cabeza y sé que de nada vale mentirle, probablemente Dasom diga la verdad-, gracias, hijo, déjame continuar.
ESTÁS LEYENDO
Olvidando a Dasom Moon
Fiksi RemajaAyla cuenta con una familia amorosa que la apoya en cada decisión de su vida, incluso en las malas. El dolor y los secretos la han orillado a tomar la peor decisión, aunque, todavía puede retractarse. Pero primero, necesita sanar todo aquello que l...