-No, necesito, mi casa, -pongo mi dedo en su boca para callarlo y él ríe. Está igual, o, más ebrio que yo, su rostro está rojo por el alcohol y me pregunto si el mío está igual. Connor toma mi mano para apartarla de su boca y hago una mueca.-No puedes irte en un Uberrr -dice con dificultad mientras me observa. No soy estúpida, no pensaba irme en este estado, con un desconocido. Iba a irme caminando. Sonrío orgullosa de mi idea, pero antes que pueda decírselo, él grita:- ¡Estás ebria!
-¡Shhhh! -gritan al unísono Susan y Jessy desde la otra habitación, me cubro la boca apenada como si fuera yo quien acaba de gritar y Connor hace una mueca.
-Yo estoy bien, Connor, yo la llevo. Tú vete a la cama, vas a despertar a tus invitadas, si sigues gritando -asiento sin parar en dirección a Dasom, luego recuerdo que él fue quien dio la idea, entonces me giro para asentir en dirección a Connor.
«Estoy totalmente ebria».
-Ves, por cosas como estas es que amo este chico -las palabras saltan afuera de mi boca antes de que pueda siquiera pensar, le doy un puñetazo de broma a Dasom tratando de cambiar la situación y él sonríe mientras masajea el lugar donde lo golpeé. «Qué delicado». Connor trata de disimular una risita, pero no lo logra y Dasom me quita el bolso para después tomar mi mano- ay, se enojó, -le digo a Connor agitando mi mano libre y Dasom tira de mí con delicadeza- Adiós, Connor cito tito...
-Adiós, Alita, Aylita, Aylicita... -Río y salimos del apartamento. Dasom me abraza para ayudarme a caminar y yo aprovecho para aspirar su aroma, siempre huele fresco. Su agarre se mantiene firme en mi cintura, contrario a mis pies que son como gelatina. No sé si se debe al alcohol o si es por tenerlo tan cerca de mí.
-¿Estás tratando de besarme? -pregunto cuando me sienta en el auto y acerca su rostro al mío deteniéndose a pocos centímetros provocando que se corte mi respiración-. No voy a oponerme.
-Te estaba poniendo el cinturón, pero gracias por el dato -cierra la puerta para después subirse frente al volante. La ausencia de su sonrisa me hace preguntarme si está enojado conmigo.- ¿Puedes decirme tu dirección o necesito llamar a Gale?
-No, no le gusta, no le cuando yo gusta, no le gusta el alcohol que yo tomar... -río sin parar al no lograr conjugar la frase y Dasom suelta una carcajada, pero reprime su risa cuando le doy una mala mirada por burlarse de mí-. Mi teléfono.
-No sonrías, necesito desbloquearlo con tu rostro - hago lo que me pide y deja mi teléfono a en sus piernas con el GPS activado-. Si te sientes mareada, hazme saber, puedo detenerme.
-Sí, señor, -cierro los ojos en cuanto enciende el auto y me permito disfrutar del viaje que dura tan solo segundos, haciéndome pensar que se arrepintió y va a dejarme durmiendo en casa de Connor.
Abro los ojos cuando toma mi mano para ayudarme a salir del auto y me libero de su agarre para apoyar las manos sobre mis rodillas, sintiéndome mareada.
Dasom acaricia mi cabello y cuando me siento mejor, levanto la cabeza para mirarlo, eso me reconforta. Trato de tocar su rostro, pero como está tan lejos, mi mano apenas y alcanza su abdomen. Río y vuelvo a levantar mi vista, esta vez observo el cielo.
-¿Dónde está la luna? -Pregunto ladeando mi cabeza confundida. El alcohol no es algo que se me dé bien, siempre me pongo extremadamente sentimental y no me siento orgullosa de ello. Mis ojos se llenan de lágrimas y Dasom lleva su vista al cielo percatándose de la situación y procediendo a arrodillarse frente a mí-. La luna, la luna, ¿se fue? -siento las lágrimas bajar por mis mejillas y trato de arrodillarme a su lado, pero me lo impide-. La luna...
-Yo soy la luna Ayla, -bajo la mirada a su rostro y él limpia mis ojos con suavidad- ¿recuerdas? Moon, -miro el cielo oscuro una vez más y con la respiración cortada, aún llorando, asiento lentamente. Dasom besa mi frente y después cada uno de mis ojos haciéndome reír, una sonrisa tierna se dibuja en su rostro derritiéndose de amor-, yo soy tu luna, no necesitas llorar porque yo nunca me iré de tu lado -toco su rostro y asiento tratando de tranquilizarme-. ¿Quién soy yo?
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Olvidando a Dasom Moon
Novela JuvenilAyla cuenta con una familia amorosa que la apoya en cada decisión de su vida, incluso en las malas. El dolor y los secretos la han orillado a tomar la peor decisión, aunque, todavía puede retractarse. Pero primero, necesita sanar todo aquello que l...