—Tengo a la hija más hermosa del mundo —mi madre se ofreció a venir conmigo para las fotos, y como toda buena madre, solo ve perfección en mí —, ya quiero que salga a la venta toda esta colección.—En menos de dos semanas —termino de desmaquillarme y ella se acerca para poner crema hidratante en mi rostro— gracias.
—Gracias a ti, extraño cuidarte, —sonrío. Limpia sus manos en la toalla y procede a trenzar mi cabello—. Quiero que sepas que estamos muy orgullosos de ti, tu padre y yo hablamos de la increíble mujer en la que te convertiste, siempre has sido una niña maravillosa y no podríamos estar mas orgullosos de ello.
Escucharla decir eso lejos de llenarme alegría; pone una carga sobre mis hombros, siempre he sentido esa necesidad de no fallar o demostrarme débil frente a mis padres, de sacar todo a flote, incluso estaba dispuesta a trabajar en el hotel de la mano de Gale, pues no quería decepcionarlos diciéndoles que en realidad me gustaba el mundo de la moda.
Mary, la madre de Susan, fue la primera en descubrir mi amor por la moda, me regalaba hilos, agujas, y ropa vieja para aprender a coser, y sé que ella fue quien se encargó de dejarle saber a mis padres cuál era mi verdadero sueño. Al principio me molestó pues no quería que supieran algo que iba a decepcionarlos, pero al ver que ambos estaban felices con mi decisión, le agradecí por hacer algo que yo no había podido.
Pero sé, que aunque mis padre me apoyen, en el fondo desearían verme amar el hotel que fundaron mis abuelos, tanto como Gale y ellos lo hacen.
Erik también ama trabajar ahí.
—Erik firmó un contrato prenupcial —le digo recordando mi conversación de ayer.
—Me parece bien —parece no darle mucha importancia.
—¿No te agrada Erik? —termina con mi cabello y gira la silla nuevamente para poder mirarme. Parece confundida por mi pregunta— me dijo que siempre sentía la necesidad de probar que no estaba conmigo por mi dinero o el de ustedes, sé que nunca harían nada para hacerlo sentir mal pero, ¿no te agrada?
—Me parece bien lo del acuerdo prenupcial pues finalmente es una protección al patrimonio que ya tienes y el que si Dios lo permite, seguirás obteniendo en el futuro, este acuerdo también lo favorece a él al final del día— asiento y ella levanta mi rostro con suavidad cuando trato de bajar la mirada algo desanimada pues no respondió a mi pregunta—, me agrada Erik, es un hombre inteligente y trabajador, ama lo que hace y es bueno en ello, ha mostrado quererte y hacerte sonreír, pero... —suspira. No sabe si seguir o no y yo quiero presionarla.
—Está bien.
Le conté a mi madre sobre la cirugía de Dasom y que Connor y yo estábamos cuidándolo, debido a ello se ofreció para cocinar para él algo delicioso y que no tuviera problema en digerir.
Llegamos al edificio con las bolsas del mercado y cuando entramos lo vemos de pie en el ventanal mirándonos con una sonrisa. Mi madre se acerca rápido para abrazarlo con cuidado y pide permiso para levantarle la camisa y ver la herida.
—Has hecho un buen trabajo limpiando la herida —dice mi madre mirándome con una sonrisa. Dejo las bolsas en la mesa y empiezo a guardar todo en el refrigerador—. Voy a prepararles un delicioso almuerzo.
—Mami, ¿porque no le enseñaste a Ayla a preparar comida tan exquisita como la tuya? — pregunta Connor pausando su juego de video y mirando a mi madre.
—Traté, pero no pude — los dos ríen y miro mal a Connor por hacer esa pregunta.
—Para que tu comida sea deliciosa debes amar cocinar, por eso la mía no es la mejor, porque amo comer pero no cocinar, eso se lo dejamos a mi madre y a Dasom, además, lo único que sabes hacer es cereal con leche, no hables cómo si fueras un experto rubio —mi madre niega divertida y le pide a Dasom que se siente junto a Connor mientras ella prepara todo. Le informo que voy a ir a la tienda y que en cuanto el almuerzo esté listo me escriba.
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Olvidando a Dasom Moon
Teen FictionAyla cuenta con una familia amorosa que la apoya en cada decisión de su vida, incluso en las malas. El dolor y los secretos la han orillado a tomar la peor decisión, aunque, todavía puede retractarse. Pero primero, necesita sanar todo aquello que l...