Capítulo 7

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Desde hace unas semanas hemos estado lidiando con remodelaciones y una imparable producción de prendas para mi próxima colección, en los últimos días añadimos tres diseños más a la lista, sumando así ocho y restando únicamente cuatro, desde anoche he estado bloqueada así que opté por enfocarme en los que ya están aprobados.

Kary y yo llevamos horas frente a las máquinas de coser mientras Daniela corta los moldes y Derrick se encarga de pulir. Son casi las seis, así que les pido a los chicos que organicen el lugar antes de irse y yo terminaré las últimas tres piezas para que Derrick pueda pulirlas en la mañana.

Gale me escribió a medio día preguntando si tenía tiempo para cenar con él, por supuesto acepté, así que debo esperar, puesto que insistió en recogerme y, aunque sé perfectamente que quiere darme un sermón, acepté.

Este viernes terminarán el segundo piso, lo que funciona perfectamente, ya que no es hasta el fin de semana que podemos mover las máquinas.

Escucho el timbre y corro a abrir la puerta a mi hermano, quien me espera con una sonrisa y con brazos abiertos. Mientras nos abrazamos, le pido que entre conmigo un segundo para que yo trapee rápidamente el área donde estaba trabajando antes.

—Déjame hacer eso, hoy no tuve mucho que hacer, y tú has tenido semanas muy ocupadas —toma el trapeador y limpiar. Cuando termina, lava el trapeador y después sus manos—. ¿Tienes tus cosas?

—Sí, ¿tu auto o el mío? —le pregunto cuando veo su camioneta estacionada atrás de mi auto.

—Vamos en el tuyo, no quiero que tomes un Uber mañana, —justifica—. Así que Dasom vive allá arriba, —dice mirando al último piso, niega divertido y susurra algo que no escucho.

—Sí, tiene el Penthouse. —Me arrepiento en cuanto las palabras salen de mi boca, pero sin poder regresar el tiempo, finjo desinterés. Gale me observa con sospecha, más no dice nada, aprovecho y cambio el tema—. Erik me recogerá mañana para ir a nadar, después puedo pedirle que me deje aquí, así que no hay problema si vamos en tu auto. — Contrario a lo que pensé, Erik no ha sacado ninguna excusa para no ir a nadar mañana. Gale rueda los ojos y asiente—. Me voy a casar con él y no quiero verte hacer esos gestos toda la vida. ¿Quieres decirme cuál es tu problema con mi prometido?

—No tengo ningún problema con él, incluso me parece un buen hombre, pero...

—Pero... si te parece un buen hombre, ¿por qué te disgustas cuando hablo de él? —subimos a su camioneta y él toma el volante con fuerza antes de arrancar el auto. Está frustrado—. Gale...

—Porque creo que no es el hombre para ti y no eres totalmente feliz con él, siento que te falta algo y entiendo que sientas cariño por él, pero estoy seguro de que no lo amas y me aterra pensar que nunca serás totalmente feliz. — Mantiene su vista al frente y un poco consternada mantengo mi vista en las luces de los autos que avanzan a nuestro lado, «no sé qué decir» —, perdón...

—No te disculpes, no dijiste nada malo, —suspiro y me giro para mirarlo—. Eres mi hermano mayor, y créeme que agradezco de corazón que te preocupes por mí. No sé qué te hace pensar eso sobre mi relación porque no puedo verla desde tu perspectiva, lo único que puedo hacer es asegurarte que soy feliz, de no serlo no habría aceptado ser su esposa...

—¿Lo amas? —Su pregunta me pone nerviosa, tanto como para no saber qué decir.

—Vamos a casarnos...

—Eso no responde a mi pregunta, Ayla, hay muchos matrimonios sin amor, los he visto...

—Este no es uno de ellos, Gale, te prometo que estaré bien. —Su rostro refleja lo afligido que se encuentra. ¿Por qué siempre hago sufrir a las personas que amo?

Olvidando a Dasom MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora