Impacto.

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Por un momento Erick sintió ganas de besarla, al verla tan pequeña, tan vulnerable, con los ojos hinchados por las lágrimas, quiso hacerlo, hacerla olvidar aquel mal rato, Erick alejó esos pensamientos de su cabeza y apartó un poco más a Beca de su cuerpo, aquella distancia lo estaba matando, pero no podía permitirse dejarse llevar de nuevo, tenía que ser fuerte, Beca era solo una niña y además una muy cabezota, no podía pensar en ella de esa forma, no otra vez, no podía fallarle a su esposa y además sabía que aquello no iría a ningún sitio, eran muy diferentes, Erick subió una mano al rostro de Beca para que lo mirase.

- Oye pequeña, tienes que recomponerte, si entras así, preocuparás a tu padre y a la niña. - Erick secó las lagrimas de Beca, no quería más problemas con aquella familia, no que su padre le montara una escena por haberla hecho llorar, Beca clavó sus ojos color verde en el.

- Tienes un corazón oscuro, no hay humanidad en ti, Erick Calahan, no se te ocurra volver a tocarme. - Beca se giró y entró en la estancia, Erick se apoyó de espaldas a la pared y suspiró cerrando los ojos. Aquella chica se lo iba a poner muy difícil. No sólo le atraía físicamente si no que encima le recordaba mucho a su mujer, se prometió a si mismo mantener las distancias, en esos momentos agradecía que ella tuviera muy mala imagen de él, al menos así, todo sería un poco más fácil.

La megafonía sonó indicando que el impacto era inminente. Todos debían abrocharse los cinturones.

Erick entró en la estancia.

- Tenéis que abrocharos el cinturón. - Les dijo con tono autoritario casi sin mirarles. No quería enfrentar su mirada a la de Beca.

- Señor Calahan, falta un cinturón. -Dijo Ernesto, Erick de espaldas a ellos suspiró y miro el suelo, era cierto, aquella estancia estaba preparada para tres personas, dos adultos y un bebé, y no había posibilidad ni tiempo de entrar en otra estancia.

- Abrocharos. - Dijo Erick

- De ninguna manera, no somos como vosotros, no dejaríamos morir a un ser humano, aunque éste sea un monstruo, buscaremos una solución, si sujetas a alguien se podría compartir un cinturón pero mi padre pesa mucho y no te será fácil sujetarlo. Hazlo conmigo, sujetame a mi y así compartiremos el cinturón y tendremos opciones de sobrevivir los dos. - Beca estaba repugnada con la idea pero no iba a permitir anteponer su vida a la de nadie, ella no era así, ni tampoco iba a poner a su padre en un riesgo seguro, que compartiera cinturón con ella era la opción más viable.

Erick se giró hacia ella y se acercó.

- ¿No tienes miedo de que pueda soltarte? Soy un desalmado ¿Recuerdas?. Además te recuerdo que me has pedido que no volviera a tocarte o igual solo era fachada y en el fondo lo estás deseando. - Erick miró a Beca de arriba a abajo con cara de asco.

- Antes has dicho que mi pulsera era roja, que eso me obligaba a estar aquí, asi que aunque siga pensando que eres un desalmado, sé que no me soltarás. Te aseguro que preferiría comerme una rata viva antes de que me tocaras, me repugnas, pero para mí una vida si tiene valor. - Contestó Beca mordazmente, entonces el submarino se tambaleó, haciendo que las luces parpadearan y Beca se estampara contra el pecho de Erick quién la rodeó por la cintura con un brazo y abrazó su espalda con el otro.

- Ataros ya, no hay tiempo. - Dijo sin soltar a Beca y mirando a Ernesto que sostenía a Linda.

Erick se acercó a la pared donde unos cinturones colgaban, apoyando su espalda y pegó a Beca contra su cuerpo provocando que sus narices se rozaran, y mirándola a los ojos paso ambos cinturones por la espalda de ella, formando así una cruz. Aquello era incómodo, Beca no podía moverse y su cara estaba a escasos centímetros de la de Erick que no apartaba la vista de sus ojos. Beca inevitablemente recordó el beso e intento apartarse un poco, sin mucho éxito. Entonces el submarino volvió a zarandearse, provocando que Beca comenzará a respirar agitadamente por el miedo, Erick la rodeó por la cintura.

 Cuando Escuches Mi Mensaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora