Cuando Escuches Mi Mensaje.

Un Plan Y Un Favor. (+18)

Beca estaba inmóvil, mirando el pasillo por donde Erick se había marchado, no podía creerse lo que le había dicho, lo frío que había sido con ella, no había ni un ápice de compasión en sus palabras.

"Me importas una mierda, tú, y los niños."

Las palabras de Erick resonaban en su mente, no podía soportar más esa situación, iba a acabar con eso de una vez por todas, había intentado recordar las palabras que Marlon le había dicho días atrás, que no era mala persona, que tenía un lado bueno, que solo estaba perdido, pero acababa de demostrarle, que no había nada bueno en él.

Alejandro puso una mano en su espalda, sacándola de sus pensamientos.

- ¿Estás bien? ¿Que ha pasado?. ,- Preguntó mirando a Beca, pero ella no le miró, seguía mirando el fondo del pasillo.

- Ha pasado que estoy harta, voy a acabar con esto, no pienso seguir dejando que ese hombre me haga daño. - Beca le miró un instante y se zafó de su agarre, caminó con paso decidido en dirección al camarote, suspiró y entró, estaba aparentemente vacío, en silencio, Beca entró en la habitación grande y vio a Erick tumbado, mirando el techo, no llevaba camiseta, pero eso no la frenó.

- Quiero el divorcio, no me importan las consecuencias. - Dijo con decisión, sin apartar sus ojos de él. Erick la miró un instante y se levantó a gran velocidad.

- ¿De que coño estás hablando? - Dijo mirándola extrañado.

- Lo que has oído, no pienso seguir ni un segundo más aquí, si no lo solicitas tu, lo haré yo. - Beca se cruzó de brazos, Erick la miró con el ceño fruncido.

- No digas tonterías. - Le dijo, dispuesto a marcharse, estaba muy cansado como para aguantar esa discusión que no iba a ningún sitio, pero la voz de Beca lo detuvo, Erick paró, pero no sé giró.

- Me voy a ir de este camarote, te guste o no y no puedes retenerme. - Dijo mirando su espalda. Erick se giró y cogió su cuello con suavidad pero con firmeza haciendo que le mirase, Beca no titubeó, miró sus ojos con decisión, no iba a dejarse avasallar.

- Tu no vas a ir a ningún sitio. - Le dijo taladrandola con la mirada.

- No me das miedo. - Contestó inmutable, Erick pasó la vista de sus ojos a sus labios y la besó. Beca no se movió.

- Tu sitio está aquí conmigo y no voy a dejar que te vallas. - susurró contra sus labios, luego se apartó, liberando su cuello, se giró para marcharse, pero la voz de Beca volvió a frenarlo.

- ¿Y cómo vas a impedirlo?. - Erick bufó una sonrisa amarga y se giró, cerrando la puerta.

- ¿De verdad quieres saberlo? - Preguntó acercándose a ella, con una sonrisa maliciosa en los labios, Beca dio unos pasos hacia atrás, pero chocó con la mesita de noche.

- Ya te he dicho que no me das miedo. - Dijo con la voz temblorosa. Erick la alcanzó y la pegó a su cuerpo rodeándola por la cintura.

- Estás temblando. - Susurró mirándola con las pupilas dilatadas, Beca gimió.

- Hace frío. - Se excusó con un hilo de voz. Erick volvió a besarla, pero ella se revolvió, él la cogió con más fuerza y Beca, mordió su labio todo lo fuerte que pudo. Erick la soltó de golpe, quejándose y tocando su labio con sus dedos, luego miró la sangre que los manchaba y clavó sus ojos en ella con furia.

- ¿Quieres jugar, gatita? Muy bien, juguemos. - Beca sintió una punzada de nervios y se alejó de él, asustada en dirección a la puerta, sin despegar su mirada de la de Erick.

- ¿Que vas hacer? No te acerques a mi. - Dijo volviendo a caminar hacía atrás. Erick cogió su brazo y la apartó de la puerta.

- Voy a hacerte gemir tanto, que tú cuerpo nunca va olvidar a quien le pertenece. -Dijo estampandola contra la pared, y apresandola con su cuerpo, Beca gimió su nombre y su miedo se transformó en excitación, Erick se acercó a sus labios, que soltaban el aire con agitación, y ella puso las manos en su pecho.