Cuando Escuches Mi Mensaje.

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- Señor, ya están todos los amotinados en retención. - Dijo un militar, Erick y Beca le miraron saliendo de su ensoñación.

- De acuerdo, pueden retirarse, soldado, vienen unos días muy intensos, más les vale descansar, no puedo prometerles que vallan a poder hacerlo en las próximas dos semanas.- Dijo Erick, el soldado asintió y se retiró.

-Vamos princesa, es hora de ir a la cama. - Erick cogió a Beca de la cintura y ambos se encaminaron al camarote.

- ¿Que va pasar ahora? - Preguntó Beca deteniéndose, Erick la abrazó por la cintura.

- No lo sé, en cuanto se corra el rumor de lo que ha pasado esta noche, esto se va convertir en un hervidero, no quiero que te separes de mí Beca, sé que estás enfadada, pero tendrás que hacer un esfuerzo, tú eres el objetivo de cualquiera que quiera controlar el submarino, y tengo la sensación de que van a ser muchos, van a ir a por ti, habrá quienes quieran matarte, te considerarán un peligro, solo yo puedo protegerte, soy el Teniente coronel, todos los militares están a mis órdenes, creo que soy tu mejor baza si quieres salir con vida de este submarino.- Dijo mirándole expectante, no sabía que pasaba en esos momentos por la cabeza de Beca, le había dicho que le quería, pero también se había arrepentido, estaba muy asustada y no podía tomarse aquello como una declaración, al menos no de momento, lo único que necesitaba, era saber si estaba de su parte o contra él.

Beca le miró y se separó, Erick suspiró.

- ¿Quieres protegerme, o usarme en vuestro beneficio? Por qué debes saber, que si tengo algún tipo de habilidad, que es lo que parece, no la usaré para controlar a nadie y mucho menos para hacerle daño, sea humano o no, no vas a convencerme de lo contrario. ¿Sabes? Estoy cansada de ser un juguete, está noche me he dado cuenta de que todo el mundo a jugado conmigo, Alex para que me uniera a su causa y tú.. para todo lo que as querido, y estoy harta, estoy asustada, no voy a negarlo pero no por eso voy a dejar que me usen, así que si esas son tus intenciones, puedes ir olvidándote, por qué prefiero morir.- Dijo Beca cruzándose de brazos, Erick dió una vuelta sobre si mismo pasándose la mano por el pelo y suspirando.

- Beca, yo no puedo explicarte muchas cosas, pero si puedo asegurarte que nunca dejaría que te hicieran daño, necesito que confíes en mí. - Dijo mirándola con súplica, Beca le miró con el ceño fruncido.

- Tu y tus secretos. - Dijo bufando una sonrisa amarga, Erick intentó abrazarla pero ella se zafó de su agarre. - Necesito pensar Erick, en estos momentos, no consigo saber en quien puedo confiar, ni siquiera sé que es lo que quiero, creo que es mejor que me valla a la cama e intenté terminar con este día de mierda. - Beca se metió en el camarote y fue directa a la cama.

Necesitaba aclarar sus ideas, ese día había sido de locos, sus discusiones con Erick, los celos, las venganzas, el tema de las habilidades, de las pulseras y su importancia, era demasiado que digerir para un solo día, Erick le había dicho que la quería, pero ¿Como confiar en alguien, quién tan solo unas horas atrás estaba con otra? En alguien que había jugado con ella de la forma más rastrera, que la habia insultado y amenazado en diferentes ocasiones, y en alguien que nunca le contó la verdad, nunca le dijo lo que ella era y eso, solo la hacía pensar que la estaba utilizando, una vez más. Beca paso una mano por sus ojos y los cerró intentando reorganizar sus ideas.

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Erick entró en la habitación pequeña y despertó a Lucía poniendo un dedo en su boca, marcando silencio, Lucía miró a Carlos que estaba profundamente dormido.

- ¿Que haces aquí?. - Susurró mirándole extrañada.

- Ven, tenemos que ir al puente de mando. - Dijo Erick en el mismo tono para no despertar a Carlos, Lucía le miró alarmada.