Cuando Escuches Mi Mensaje.

El embarque.

Hola!! Está es mi segunda historia, agradecería mucho que si os gusta, dejarais vuestro voto ☺️🙏

El mundo tal y como lo conocemos llegaba a su fin, las autoridades en un protocolo de evacuación, construyeron dos submarinos por país, y repartieron entre los ciudadanos elegidos unas pulseras de varios colores, Rojo,verde y amarillo, todo aquel que tuviera una pulsera con su nombre y su documento de identidad podría embarcar en el submarino, y así salvarse de la catástrofe que estaba por llegar.

Rebeca era una chica de 16 años, delgada, pelo castaño y 1.60cm, ella era una de las elegidas, poseía una pulsera de color rojo, Ernesto era su padre, el también poseía una pulsera pero de color amarillo.

Padre e hija estaban solos en el mundo, la madre de Beca murió cuando ella tenía 10 años en un accidente de coche, y no tenían más familia, recibieron la noticia de que el mundo se acababa a través de un militar que fue a su casa a entregarles las pulseras.

Hacia dos semanas de ese día, tan solo dos semanas desde que las autoridades dieron el comunicado de que el mundo se acababa, la contaminación había producido un agujero en la capa de ozono de tal calibre, que éste había derrtido los polos y en esos momentos quien no tuviera una pulsera solo podía encomendar su alma a Dios.

Beca y su padre se encontraban en el puerto de Alicante, una ciudad de España. Beca vestía un top negro de tirantes que dejaba su barriga al descubierto y un pantalón vaquero corto del mismo color, llevaba una larga melena castaña que le llegaba por la cintura y una chaqueta de chándal abierta de color gris, que era bastante ancha. La gente se agolpaba contra las vallas de seguridad y cientos de militares armados, impedían que nadie sin pulsera pudiera embarcar en los submarinos, entre el puerto y las vallas había un pasillo donde una fila de gente con pulsera empezaban a embarcar.

- Papá ¿Porque no han repartido pulseras para todos? ¿Que va pasar con toda esta gente?. - Preguntó Beca mientras miraba a la gente desesperada al otro lado de las vallas.

- No lo sé hija, supongo que no había espacio suficiente para todos, pero tenemos que estar agradecidos de que al menos, nosotros tenemos pulsera. - Ernesto esperaba su turno en la cola, sin mirar a la gente del otro lado de las vallas, seguramente todos ellos morirían, pero no quería decirle eso a su hija, ella era muy sensible con esas cosas y ahora lo único que le importaba, era subir con su hija a aquel submarino y estar a salvo.

La fila avanzaba lentamente, beca miraba las caras de desesperación de toda la gente que no iba a embarcar, entonces una voz la llamó, Beca la reconoció al instante, era la voz de su vecina Laura, la llamaba desde el otro lado de las vallas. Ella no había recibido pulsera.

- ¡Beca! ¡Beca, porfavor llévate a mi hija ! .- Laura levantaba a su hija por encima de las vallas, mirando a su vecina con súplica, Beca se paró.

- No puedo Laura, sabes que no puedo, os llevaría a todos, si pudiera. - Los ojos de Beca se llenaban de lágrimas mientras su vista corría por todas las personas que habían allí.

- ¡Beca, Linda tiene solo dos años! Porfavor... - Laura lloraba mirando a su vecina, Beca miró a su padre que le negaba con la cabeza, no podía dejarla allí, su corazón no le permitía mirar para otro lado.

Entonces Beca en un arrebato, salió de la fila lo más rápido que pudo y cogió a la niña en brazos, pero uno de los agentes la detuvo, cogiéndola del brazo.

- Señorita, vuelva a la fila y deje a esa niña, ella no tiene pulsera, no puede embarcar. - Beca se zafó del agarre del militar mientras abrazaba a Linda con fuerza.

- Es solo una niña, no puede decirme que en ese submarino, no hay espacio para uno más, para muchos más ¿Quién decide quién vive y quien muere aquí? ¡Esto es una injusticia!. - Beca miraba al militar con rabia, esperando una respuesta y Ernesto se acercó a su hija, poniendo una mano en su hombro, el militar entreabrió los labios para contestar, pero entonces una voz firme interrumpió la conversación.