Cuando Escuches Mi Mensaje.

Sin sitio.

Beca a penas cenó, su padre le había preguntado varias veces si se encontraba bien, pero ella solo contestó que estaba cansada, tenia un nudo en el estómago y tener a Erick en una mesa a pocos metros rodeado de chicas militares que no paraban de tontear con el, no ayudaba, sintió una punzada en el estómago cuando vió que dos de ellas agarraban su brazo babeando, Erick sonreía como un idiota mostrando sus músculos, aquel chico era un engreído, Beca miró la escena con repulsión, cuando sus ojos se chocaron con los de el y éste le guiñó un ojo, sonriendo triunfal, Beca apartó la vista sintiendose idiota, entoces la megafonía avisó de que tenían una hora de agua para poder ducharse y la gente se apresuró a sus estancias.

Beca se bañó y bañó también a Linda, el baño le pareció majestuoso, tenía un gran mármol negro con dos lavabos, un vater y una gran ducha acristalada, con dos asientos tipo sauna de madera en su interior, disfrutó mucho del baño intentando demorarse lo menos posible, cuando hizo la maleta no se imaginó ni por asomo aquella situación, asique solo tenía dos camisones de seda que descartó al instante y un pijama negro de tirantes y pantalon corto, cubierto de caritas sonrientes, no le agradaba la idea de llevar eso y que alguien pudiera verla, pero era la mejor opción, se miró al espejo mientras se hacía un recogido desordenado en el pelo, se sintió un poco infantil, la niña no tenía ropa asique le dejo una camiseta rosa básica de manga corta y la acostó en el medio de la cama.

Ernesto se encontraba en el baño y Linda ya dormía, Beca salió al salón e investigó un poco los cajones del mueble del televisor, había un centenar de películas Disney y un DVD, cogió la película de la sirenita y la puso para luego recostarse en el sofá, tan solo eran las 10 de la noche, pero estaba agotada, aún así no paraba de pensar en Erick, en sus besos, en sus caricias, Beca se estremeció y se tapó con una manta blanca que había en el reposabrazos.

Ernesto salió del baño y miró la televisión sonriendo, luego posó los ojos en su hija que estaba acurrucada en el sofá.

- No sabía que te habías traído esa película.. ¿Recuerdas cuando murió mamá y la veíamos cada noche?. - Dijo Ernesto. Beca asintió.

- No la he traído, estaba aquí, al menos Linda, tendrá con que entretenerse aquí dentro. - Respondió Beca algo triste.

- Cariño, todo saldrá bien, mientras estemos juntos seguiremos siendo una familia y ahora Linda también forma parte de ella. Voy a acostarme, estoy agotado ¿Vienes?.

- No, voy a quedarme a ver la película, seguro que el señor coronel estará muy ocupado con sus amiguitas y no llegará hasta tarde, cuando termine voy a la cama, descansa papá te quiero. - Dijo Beca, su padre asintió, se inclinó y besó su cabeza, luego se metió en la habitación y entornó la puerta.

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Erick había ordenado que no cortarán el agua en su estancia, se quedaría hasta tarde ayudando a reparar la potabilizadora y luego necesitaría una ducha, y allí estaba en la sala de máquinas lleno de grasa de motor, se había quitado el chaleco y vestía una camiseta negra de manga corta, cosa que agradecía porque allí abajo hacía mucha calor, su pelo caía por la frente empapado en sudor.

- Coronel Calahan, no es necesario que nos ayudes, nosotros podemos hacerlo, vaya con su familia a descansar. - Dijo uno de los maquinistas mientras apretaba una tuerca.

- Mañana subiremos a la superficie soldado y esto debe estar arreglado para ese momento si no, no podremos soldar la parte de arriba, toda ayuda es poca, este trabajo es prioridad máxima. - Contestó Erick.

- Como usted desee coronel. - asintió el maquinista.

Siguieron durante varias horas apretando todas las tuercas que se habían soltado, Erick no paró hasta que todo estaba listo para el día siguiente. El compuesto solo podía echarse en el agua y lo necesitaban, sin él todo el mundo desarrollaría sus habilidades en cuestión de días y eso aún no podía pasar.