Capítulo 10: ¿Quieres ser libre?

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«Soy una idiota».

Fue lo primero que pensó cuando la noche intervino. Ese día, Namia no paraba de darle vueltas a lo que había ocurrido con Aledis.

«¿Por qué he aceptado cuando quiero morir? ¿Fue pena por su problema mental? ¿Acaso sentí lástima por cómo la trató la vida siendo actriz? —Frunció el ceño y apretó sus dientes—. Luego se recuperará y vivirá su vida de rica. Se olvidará de mí, ¿por qué he aceptado?»

Giró su cabeza hacia su cama. Dormía con total calma. Parecía que se le había olvidado lo sufrido. Namia sonrió con dulzura y negó con su cabeza.

«Ella no es así. Lo sabes».

Se le olvidaban algunas cosas, pero solo era cuestión de tiempo para que su cabeza lo recordara. Ver a Aledis era inusual, brillaba como de repente se volvía totalmente oscura. Era una joven que había sufrido bastante —al menos eso supuso con lo poco que sabía— y sabía que tenía buen corazón.

Lo sabía por esas conversaciones que tenían por la tarde.

—Oye, curioseando, vi la ropa que tenías —comentó Aledis. Namia la miró de reojo—. Tienes una ropa un poco desgastada.

—Siempre fue así.

—¿Por qué?

—Digamos que no me cuidaba mucho, menos si quería trabajar como veterinaria —admitió Namia.

—¿Oh? Pero eso no te da motivos para cuidarte. Seguro que antes eras muy hermosa —aseguró Aledis.

Namia frunció el ceño.

—No era algo en lo que hiciera caso, Aledis. En general no era alguien que me cuidara.

Aledis se quedó observándola en silencio.

—¡Pues algún día te enseñaré y probarás mi colección de ropa y maquillaje! Mi familia es bastante rica y seguro que no tendrá problema en invitarte para que puedas conocer lo maravilloso que es —aseguró Aledis con una sonrisa.

Namia se quedó observándola por unos segundos.

—Agradezco todo, pero Aledis, soy muy distinta a ti —murmuró.

—Bueno, a lo mejor no te gusta la ropa colorida, pero capaz una más oscura te quede bien. Apuesto a que te gusta la ropa más tétrica —supuso Aledis.

Namia soltó una leve risa.

—¿Por qué haces esto? Sabes como soy, no coincidiremos en apenas cosas, Aledis.

Aledis puso la mano en su barbilla.

—Antes en su momento pasaba el rato con mis amigas y hablábamos sobre miles de cosas. Apenas coincidíamos en algo, pero nos lo pasábamos bien y al final encontramos cosas que nos encantaban. Creo que contigo podría pasar lo mismo. Apenas te conozco, pero seguro que hay algo que nos guste a ambas —aseguró.

Namia se quedó en silencio y suspiró.

—No se me dio bien socializar, Aledis. Aunque ahora sea así, en cualquier momento te contestaré mal.

—Un mal día lo tiene cualquiera.

Namia rodó los ojos a otro lado.

«No entiende a no ser que sea patadas».

—Namia. Puedes decir lo que quieras. A mi me encanta hacer nuevas amistades, y créeme que he tenido algunas muy tozudas. Me caes bien y quiero conocerte, en especial si eres mi compañera de habitación. No creo que sea adecuado que haya silencios incómodos —explicó Aledis.

III.II - El último Sistema: Adiós Steinfall [G.O] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora