Capítulo 21: Palabras de arrepentimiento.

8 3 0
                                    

En ocasiones tenía paciencia, pero en este caso le era complicado tenerla cuando los recuerdos empezaban a golpearla sin descanso. Aguantaba, pero no era fácil al tener que escuchar las voces en su espalda. Aparecieron desde el momento que empezó a recordar esa calle, y se burlaban de ella sin descanso alguno.

Aun con ello, sonreía, más cuando pudo ver a su prima enfrente suya en la sala donde se encontraban.

—No te ves...

—Corta el rollo y vamos a lo que importa —interrumpió Charlot. Su voz se había vuelto un poco más grave, tomándole por sorpresa a Marta—. Te acompañé en la última banda que había disponible en la calle artística. ¿Verdad?

Marta no supo cómo responder. Sus manos temblaban sin parar.

—¡Responde! —ordenó, viéndose la rabia tras sus ojos.

—S-Sí.

Charlot empezó a respirar un poco más aliviada, pero sin retirar la tensión de sus hombros.

—Te aceptaron, ¿verdad?

—Sí. Lo hicieron —respondió Marta—. Gracias a ellos tuve la oportunidad de empezar como banda y empezamos a tocar en pequeños conciertos en la zona. Todo muy improvisado en verdad, pero llamó la atención de una empresa que nos llamó para...

—Me da igual eso, Marta —contestó Charlot, apretando sus puños con fuerza—. Porque a partir de ese momento te empezaste a alejar de todos.

Marta se quedó en silencio unos segundos para al final afirmar con su cabeza.

—Charlot. Lo que viene ahora no será fácil de procesar —habló Marta con calma—. Escucha. No tenemos que ir tan rápido con estos recuerdos. La propia psicóloga me lo recomendó.

—Oh, lo hablaste con la psicóloga.

—Grabé todas las conversaciones que tuvimos —admitió Marta.

Charlot alzó un poco la cabeza para reírse con fuerza.

—¿Y qué dijo? Venga, sorpréndeme.

—Tu problema no es solo la amnesia. Es posible que en verdad sufras trastorno de personalidad o... —Marta la miró por un momento, tragando saliva en silencio—. O algo peor.

—¿Sabes? Es gracioso, porque hoy me han dicho algo muy divertido. Me van a cambiar de prisión. ¿Lo sabías?

—S-Sí, me lo dijeron —murmuró marta, mirando a otro lado—. Yo no creo que pueda visitarte como antes. Está muy lejos y...

—Lo sé, por eso exijo que me digas toda la maldita verdad de una vez.

Marta la miró con detenimiento. Guardó sus manos debajo de la mesa para intentar calmar su miedo.

—No creo que sea buena idea si es lo que te causa estos problemas, Charlot. Ya son varias veces las que te lo dije y acabó en este resultado —admitió Marta—. Tendría que haber hecho caso a la psicóloga, pero me era tan difícil aceptar que mi prima no era la misma, que no...

—¿Vas hacer caso a esa idiota o a mí, prima? —preguntó Charlot, perdiendo la paciencia poco a poco.

Los ojos de Marta pasaron a unos más serios. Daba la sensación de que sus manos se habían agarrado a su vestido para armarse de valor.

—Sí. Es por tu bien y haré caso a lo que me digan —respondió Marta—. Así que lo siento, pero ninguna palabra más va a salir de mi boca, Charlot. Entiende que esto es por tu bien.

Charlot se recostó contra la silla. Su cabeza apuntó hacia el techo por un momento. Cerró sus ojos, intentando tranquilizarse para luego abrirlos. Daba la sensación de que de su boca salía el humo típico del cigarro, aunque en este caso no había fumado nada.

III.II - El último Sistema: Adiós Steinfall [G.O] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora