¿Quién no conoce a Possessed?
La banda de punk más aclamada de Cleveland. Sus tres integrantes no se han hecho famosos sólo por sus rebeldes letras, sino por los escándalos que desencadenan allá donde van. Son incluso peores que los jodidos Mötley C...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Missing You - Green Day
Cassandra.
— ¿Estás segura de que no quieres venir?
Había perdido la cuenta del número de veces que Harper había formulado la misma pregunta. Mi respuesta siempre había sido la misma: no quería ir.
Esta noche Possessed daría un concierto privado. Por lo que tenía entendido, únicamente asistirían figuras relacionadas con el mundo de la música. Y aunque por dentro, me muriera de ganas por escucharles en directo de nuevo, sabría que no lo disfrutaría lo suficiente. Además, no me apetecía ver a cierta persona.
— Ya te he dicho que pasaré la noche con Tom — estaba deprimido por la ruptura con su ahora ex pareja, así que le había invitado a tomar unas copas para ahogar sus penas. Y también las mías.
— Está bien — cogió las llaves de la mesa —, no me esperes despierta, estaré en casa de Adam.
Esos dos se habían arreglado demasiado rápido. Adam se había disculpado con ella por la palabras tan duras que le dijo, poniendo como excusa que había tenido una mala semana. Yo llevo teniendo malas semanas desde que comencé la Universidad y no le rompía el corazón a nadie. Más bien al contrario.
— Y tampoco te espero mañana para comer, ni para cenar, ¿no?
Harper me enseñó el dedo de en medio y se marchó. Yo por mi parte esperé hasta que Tom apareció con una deliciosa tarta de queso en mi casa.
Pasamos las horas comiendo, bebiendo, llorando y riendo. Parecíamos unos bipolares, pero era lo que sucedía cuando juntabas un mal de amores con unas hormonas revolucionadas. Llevaba dos días de retraso con el periodo y ya era capaz hasta de emocionarme por leer la etiqueta de la mascarilla facial que estábamos dispuestos a usar.
Tras echarnos aquel potingue verde en la cara, regresamos al salón para continuar bebiendo.
— ¿Qué tal llevas la fama, querida? Espero que en unos meses me puedas llevar en tu jet privado a conocer maromos por todo el mundo — golpeé su hombro con cuidado de no tirarle la copa que sujetaba.
Después de que se difundieran miles no, millones de imágenes mías junto a Jax, la gente había comenzado a seguirme en redes sociales. No sabía cómo habían llegado hasta mi perfil, pero era impresionante la cantidad de mensajes que recibía a diario. La mayoría de ellos bastante desagradables. ¿Cómo algunas mujeres eran capaces de juzgar el físico de otra mujer? Sabía que no era perfecta, pero no me gustaba tener que leer cosas que ni habían pasado por mi mente.
— Me tuve que privatizar Instagram, estaba cansada de tanto dramatismo.
— La envidia es muy mala o sino que me lo digan a mí que acabé rallando el auto del nuevo novio de Isaac — abrí los ojos de golpe.
