45. Tumba

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Octavia entró en su despacho tan cabreada que el portazo que pegó casi hace que desencaje el marco de la puerta. Fuera Monty que trabajaba en su mesa levantó la cabeza y la observó a través del cristal moverse de un lado a otro en el interior como si esta intentase calmarse.

Al igual que todos había oído los gritos y sus compañeros no habían tardado mucho en difundir lo que había ocurrido en el despacho del teniente Kane. Monty se levantó del asiento y echo un vistazo a su alrededor aprovechando que el resto andaba atendiendo llamadas, redactando informes o charlando en algún rincón cerca de la máquina expendedora y se dirigió a la puerta abriéndola, y escabulléndose dentro de ella con la cara algo desencajada.

—Dime que es coña. Dime que no has pegado a Charles Pike en el despacho del teniente Kane y has armado un espectáculo —le pidió Monty presa del shock y de la angustia.

Octavia que detuvo su paso se volvió a mirarle llevándose las manos a la cintura.

—¡Me ha pillado cabreada! —dijo ella sin excusarse mirándole directamente—. ¡Pero sobretodo harta! ¡Harta de que ese hijo de puta y los tipos como él se salgan con la suya en este departamento!

Monty que la escuchó elevar la voz poniendo énfasis en aquello último dirigió la mirada fuera donde algunos ojos curiosos miraron hacia dentro y se dirigió a la ventana dejando caer la persiana.

—¿Tú te das cuenta de qué has atacado a un agente? ¿de qué podrían suspenderte por eso? —quiso hacerla entender Monty realmente angustiado.

—¿Suspenderme? —a Octavia aquello hasta le resulto gracioso y se movió de nuevo por la habitación—. ¡Deberían darme una puta medalla solo por lo que he hecho, joder!

—Octavia, oye... sé... sé que todo esto te está superando pero no puedes llevártelo al terreno personal, creo que está empezando a afectarte muy en serio —le dijo Monty con preocupación acercándose a ella—. No deberías implicarte tanto en todo esto.

Octavia se detuvo en seco al oírle y se le quedo mirando sacudiendo la cabeza con incredulidad y crispación.

—¡Si no me implico!, ¿dime qué coño hago aquí, Monty? —le exigió saber ella con dureza—. ¿Para qué demonios sirve este trabajo?

En parte Monty supo que Octavia tenía razón pero había líneas que no podían desdibujarse en comisaria. La cadena de mando era algo que hasta ahora siempre había sido respetada y existía algún tipo de acuerdo tácito que impedía que un agente acusase a otro de la forma en la que ella lo había hecho aunque existiesen pruebas.

—Yo... yo lo entiendo, de verdad. Entiendo lo que sientes —intentó ponerse en su lugar él—. ¿Pero no crees que te has pasado un poco? ¿qué a lo mejor estás dejando que lo que sientes hacia esa chica te supere?

—¡No se trata de Raven! —le cortó inmediatamente Octavia no queriendo que fuese por ahí.

—¿Ah no?

—¡No, se trata de Pike! ¡De lo que ha hecho, de lo que ha estado haciendo mientras todos incluida yo mirábamos hacia otro lado! —se señaló Octavia con rabia y con la más absoluta indignación—. ¡Se ha sentido con derecho a hacer de esta ciudad su coto privado, y nosotros le hemos servido de coartada hasta ahora pero no más! ¡Ya no más! ¡Se acabó, Monty!, ¿me oyes? ¡Se acabo! ¡Esto acaba ahora!

Monty nunca la había visto tan afectada por un caso. Tan indignada y llena de ira y seguía pensando que aquello solo le traería graves problemas pero en el fondo Octavia llevaba toda la razón. ¿Cómo iban a seguir mirando hacia otro lado habiendo descubierto que era Pike quien se encontraba tras todo eso por muchos años que este llevase en el departamento?

La Fugitiva (Clexa) (#PREMIOSROOKIES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora