Reborn terminó de atarse las botas y volvió a mirar la hora en su reloj de muñeca, faltaban treinta minutos para que fueran las doce y no podía dejar de sentirse nervioso e inseguro. Sobre su cama había una mochila de cuero con cantimploras llenas de agua, comida para los próximos días y vendas y ungüentos por si las cosas se complicaban.
Tenía que esperar a que fueran las doce, solo entonces podría salir y escapar. Sus ojos pararon en Don Gato, que estaba tumbado sobre un cojín lamiéndose las patas, se lo llevaría consigo si pudiera… pero no arriesgaría la vida del animal.
Tomó una decisión precipitada, le prometió a Auron que lo cuidaría y no fallaría. Se levantó del sillón y agarró al animal en brazos, este se dejó pues ya estaba acostumbrado a su aroma. Abrió la puerta de sus aposentos un poco y se dirigió a los guardias que estaban flanqueando la entrada.
—Necesito que llamen a la princesa Adeline para que venga aquí, es urgente —les ordenó fríamente.
Dos de ellos hicieron una reverencia y se marcharon pasillo abajo, Reborn esperó impacientemente con la puerta semiabierta a que la princesa llegara. Miró de nuevo su reloj de muñeca, quedaban todavía veinticinco minutos.
Después de una eterna espera Adeline dió unos toques en la puerta y se asomó.
—¿Jack? ¿Para qué me necesitas? —inquirió confundida, sus cabellos rubios recogidos en unos rulos perfectos.
—Entra, por favor.
Ella obedeció y terminó entrando cerrando la puerta, Reborn le ofreció el gato negro y Adeline lo miró anonadada.
—Jack, ¿que…?
—Necesito que lo cuides por mí —le interrumpió—. Voy a estar unas semanas fuera y es de un amigo, no pienso dejar al gato solo.
—Pero… ¿por qué me lo das a mí? —preguntó insegura— Hay otras personas-
—Porque eres de las pocas personas de aquí en las que confío —respondió rápidamente, se mordió el labio y volvió a mirar la hora—. Mira, yo… sé que he sido un capullo contigo y que nuestra relación no está en su mejor momento. De verdad que te necesito para que lo cuides, confío en ti.
Ella lo contempló y se lo pensó durante unos segundos, aún no lo comprendía del todo pero Reborn se veía bastante desesperado.
—Está bien —accedió finalmente, Reborn exhaló más calmado—. ¡Pero! Primero me tienes que decir a dónde te vas, ¿lo sabe mi padre?
—No te lo puedo decir —admitió avergonzado, ella le estaba dando todo y él no le podía ofrecer nada a cambio—. No, tu padre no lo sabe, y no lo puede saber.
—Jack…
—¡Por favor! —le echó otro vistazo al reloj, quince minutos— Te prometo que cuando nos volvamos a ver te lo contaré todo.
—¿Lo juras?
—Lo juro.
Adeline extendió sus brazos y cogió al gato, Reborn por un momento pensó que Don Gato se intentaría zafar arañándola y revolviéndose como lo hizo con él la primera vez que lo cogió en brazos, no obstante, totalmente opuesto a lo que él creyó, Don Gato se acurrucó entre los brazos de la princesa y cerró los ojos ronroneando.
—¿Cómo cojones has hecho eso? —interrogó estupefacto, ella rió levemente.
—Uno de mis dones es estar en contacto con la naturaleza, tengo bastante afinidad con los animales —respondió dándole caricias en la cabeza.
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ROYALTY |◇| REBORNPLAY
FantasiaEn una sociedad clasista y retrógrada, donde el color de tu sangre determina quién eres; plateada o roja. Auron, el mejor asesino de Rocalla participará en un torneo organizado por el rey contra once delincuentes más para convertirse en su sicario p...