Luzu recordaba a Raúl como un chico rebelde y de carácter fuerte, pero que podría hacer sucumbir a cualquier alfa con sus encantos. Su sonrisa vivaracha y mirada avispada eran como un lejano recuerdo en la mañana que Luzu se había prometido nunca olvidar. Y es que mentiría si dijera que durante esos pocos años que conoció al príncipe del Reino de Fuego no se había enamorado de él. Se preguntaba qué habría sido del heredero de la estirpe más poderosa del continente, pues después de la destrucción del palacio de cristal nunca más se supo de él ni su paradero.
Sin embargo, había estado viviendo día tras día en los últimos diez años con la esperanza de poder volver a oler ese maravilloso aroma a naranjas tan único de él. Ahora estaba contemplando el cielo azul por la ventana mientras se alojaba en un templo que pertenecía a la tribu de los druidas del agua, los Erratuk. Todos los años durante dos meses se tomaba un retiro espiritual donde conectaba con su animal insignia y aprendía a manejarlo, y sí, él era el portador del legendario dragón marino. Más adelante tras una larga extensión de césped verde y campo se podía apreciar la famosa Laguna Azucena, donde en el centro del lago había una pequeña isla y en ese trocito de tierra crecía la azucelina, cuya sustancia mágica era la ambrosía.
Una suave brisa fresca acarició su rostro acompañada de un agradable aroma a playa. Se apartó de la ventana y salió del dormitorio, para luego bajar las escaleras del templo y salir al exterior.
-Buenos días maestro Na si -saludó cuando llegó junto al hombre vestido con una larga túnica blanca y llevando un bastón en la mano.
-Buenos días Borja, ¿dormiste bien? Hoy toca tu sesión de transformación, deberás estar ansioso -contestó relajado.
-He dormido muy bien, los sonidos de la noche me relajan bastante.
-Me alegro. De todas maneras, como siempre haremos primero una sesión de meditación para despertarte espiritualmente.
El maestro comenzó a caminar y bajó las escaleras de la entrada del templo, siendo seguido por su discípulo. Fueron hasta una zona natural reservada para meditar, donde ya habían varios miembros de la comunidad que ya habían empezado con la sesión. Luzu se sentó en el césped con las piernas cruzadas en posición de meditación y uniendo las palmas de sus manos cerró los ojos, dejando que sus músculos se relajaran.
Se concentró en el sonido del viento susurrando entre las hojas de los árboles, los pájaros cantando y la textura del pasto bajo su cuerpo. Tal y como había aprendido en los últimos años, vació su mente de cualquier tipo de pensamiento intrusivo y dejó que su magia fluyera por todo su cuerpo en paz. Sin embargo, su paz fue interrumpida por pisadas de alguien corriendo y una voz que lo llamaban a él y a su maestro.
-¡Maestro Na si! -gritó uno de los protectores de la azucelina saliendo de entre los árboles.
El anciano se levantó con claro enfado y encaró a su subordinado echando humo por las orejas.
-Más te vale que sea algo lo suficientemente importante como para interrumpir una sesión de meditación -gruñó.
-Maestro, están atacandonos, quieren llevarse la planta -resolló el hombre en respuesta.
El rostro del maestro Na si se puso lívido como la muerte y su bastón golpeó el suelo con dureza, un aviso; un mensaje. Luzu inmediatamente se levantó y se acercó a su maestro, esperando órdenes.
-Llévanos allí -exigió con frialdad.
El hombre asintió y comenzó a correr en la dirección por la que había venido. Cuando llegaron hasta el anillo de protección que rodeaba dicho lago se quedaron pasmados por el escenario que se había desarrollado en tan solo unos minutos. Todos los hombres que se encargaban de vigilar los alrededores de la laguna se encontraban o inconscientes en el suelo o luchando contra los intrusos. Luzu se adelantó varios pasos preparándose para defenderse y atacar en caso de ser necesario. El maestro lo llamó.
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ROYALTY |◇| REBORNPLAY
FantasiEn una sociedad clasista y retrógrada, donde el color de tu sangre determina quién eres; plateada o roja. Auron, el mejor asesino de Rocalla participará en un torneo organizado por el rey contra once delincuentes más para convertirse en su sicario p...