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                        La lluvia se apoderó de la noche, algo que dificultó un poco la pequeña aventura de ir a la tienda por unas cosas para acompañar la cena, eso en parte te desesperaba ante la preocupación de la carretera, pero Michael te saco de tu trance al dejar lo último en el carrito.

— ¿Sería todo?

— Más que eso, exageramos ante esta compra.

— Bueno quise consentir a mi chica con unos cuantos gustos.

— Me enternece eso, pero vayamos rápido me preocupa el clima.

— No te angusties Enana, estaremos bien o si gustas esperamos en el estacionamiento en lo que baja lo suficiente.

— Eso estaba pensando, — Abrazarte a Michael por la cintura mientras ambos empujaban el carrito — además siempre me a preocupado que te pase algo cuando llueve con esa ráfaga.

— No ay de que preocuparse, hasta la fecha no a pasado nada, será por qué el destino me quiere vivo.

— ¿Hablas de que te quiere para un propósito?

— Quizás..

                       Llegan a la caja para sacar todas las chucherías del carrito y mientras los productos pasaban por la barra miras hacía afuera aún nerviosa de que la lluvia no se detiene, pero sientes la mano de tu novio apretar un poco y lo ves.

                        Y este te dedica una mini sonrisa, eso te calma el alma, como si su sonrisa fuera lo que salva tu ánimo siempre, dado a qué tu novio casi no sonríe, pero a ti, te da sus mejores sonrisas y momentos.

                      Embolsan las cosas y pagan todo para salir del establecimiento hacia el auto y aunque se mojan un poco sueltas un suspiró.

— Eso se llama adrenalina — Acomodas tu cabello hacia atrás para quitar tu bufanda al menos por el momento y ves que Michael se estiró por la parte del asiento trasero y saca dos toallas — bien pensado.

— Lo se, una es para mi cuerpo y la otra para mi cabello.

Ríes y golpeas su brazo a juego y este sonríe procediendo a secar tu cabello como rostro, donde te causa sentirte como su niña pequeña.

— ¿Que?

— Me tratas como una niña pequeña.

— Lo hago por qué te amo.

Te sonrojas y ves que sonríe más y mientras sigue secándo tú haces lo mismo para darle un beso en la mejilla haciendo que se detenga.

— No me habías besado jamás la mejilla.

— Bueno, quise hacerlo para agradecerte.

— Tonta. — Mike se acerca y te besa en los labios para sujetar sutilmente tu mejilla acariciándola con su pulgar, donde te acercaste más en busca de el inconciente del lugar donde estaban donde por eso se movió la palanca alertando a los dos, se separaron y Mike relamio los labios — Vale, no podemos besarnos aquí, al menos no cómodamente.

— Si, esperemos a la casa..

— Tardaremos un poco así que, podemos empezar a comer.

Asientes y terminan de secarse, para coger una de las bolsas y empezar a sacar las chucherías de adentro. Dónde contaban lo que les ocurrió en el día.

— Y entonces te toco arreglar esa marioneta.

— Si.

— Que le ocurrió.

MY LOVE [Michael Afton y Tú].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora