MY LOVE [Michael Afton y Tú].

.7.

                        Era hoy. Llegaste junto a Evan donde los ojos lo vieron incluyendo te, era obvio pero pasaste junto al pequeño que mostraba cierta timidez. Lo observaste y le dedicaste una sonrisa.

— Alégrate, hoy es tu cumpleaños y eso nadie podrá arrebatartelo.

                        No veías por ningún lado al señor Afton, pero tampoco a Michael que todos estos días no habían vuelto a hablar. Ni se dirigían la mirada, era horrible, ya que con el sabías de que hablar, podían hablar hasta el amanecer, lo sabías por qué lo habían hecho más de una ocasión, te hacía sonreír y reir hasta dolerte las mejillas y tener que actuar similar a unos simples desconocidos, pero era un auto sacrificio.

                       Mantenías a Evan a tu lado y este no te soltaba la mano.

                       Y entendías, por su terror hacia los animatronics, pues a ti tampoco te agradaban mucho, era algo que te incomodaba. Saliste de tu pequeño trance al ver qué habían llegado los amigos de Mike junto a el, que fue quien más llamo tu atención, traía esa espantosa máscara de Foxy. Cómo los demás con los demás personajes restantes, eso hizo que pusieras la mano en forma de puño.

                       Que descaro exclamaste en tu mente, sentiste las tripas revolverse y apretaste tus dientes. Estos descaradamente saludaron a Evan y este se aferró a ti. Pero lo calmaste...

— Tranquilo Evan, espera aquí con la señora Wills. Ahora vuelvo

— N-No tardes...

— Tranquilo, por lo tanto por qué no vas con los otros niños.. Apuesto que quieres...

Evan vio a los niños y luego a ti. Dándote algo que saco de su bolsillo — ¿Puedes cuidar esto por mi?

                       Lo tomaste entre tus manos y Evan se va hacia los niños.

                       Guardaste la hoja que era un dibujó que te pareció de lo más tierno, un pastel de cumpleaños y sus amigos. Con notas de música.

                        Fuiste al baño para golpear el lavabo y maldecir. Que poca madre que haya venido con esas máscaras a propósito. Tenías una rabia inmensa, conociendo la cara que no querías conocer de quién amabas. No querías.

                       Empezaste a llorar y de pronto entro alguien, limpiaste tus mejillas y lo viste, alguien joven como hermano mayor de uno de los pequeños de la fiesta. Lo ignoras te aún apesar de ser el baño de chicas.

— Tus mejillas deben estar muy frías.

— ¿Disculpa?

— Si vas a llorar trata de respirar profundo... Para que se mantengan cálidas apesar de las lágrimas.

— Gracias, lo tomare en cuenta.

                       Trataste de irte pero este bloqueo tu camino, Suspiraste: — Esto no es no discoteca, déjame pasar.

— Eres muy bonita para ser enojona.

— Supongo es mi problema no el tuyo.

— Ese carácter me atrae mucho, vives por aquí cerca. Podría visitarte.

                        Quitaste su brazo y te alejaste pero este persistente te tomo del brazo, para verlo, jalandote hacia el.

— Sueltame ahora o haré que tus huevos queden en tu garganta.

— Quiero verte intentarlo... Perro que ladra no muerde, no seas amargada y vayamos al...

                        La punta de pie golpearon con muchas fuerzas la entrepierna del sujeto.

— Parece que acabo de morderte — Te marchas para salir del baño donde sin más chocaste con quién menos pensabas.

— Dado a como está ese sujeto. Deduzco que le pateaste el culo.

— Solo hice que subiera algo. A dónde no debe... Fue mi forma de pagarle el favor.

— Y descargaste tu irá sobre el.

— Si.

— Y lo aceptas.

— No puedo golpear a tus lamebotas por qué no han hecho nada.. Todavía.

— Incluyéndome.

— Creí que estabas ocupado con tus subordinados. Dejaron de ser viables para tu compañía.

— No exactamente. Solo quería ver qué estuvieras bien, ante ese quejido.

                       Se inundó tu pecho. Y hiciste una media sonrisa... — Tranquilo. Me encuentro bien. Solo con la punta del zapato medio dañada.

                       Tomas compostura y te vas.

                       Dejando a Afton con indiferencia, viendo como vas a la mesa de los padres a charlar, viéndote aún así a través de la máscara de Foxy, apretaba los puños, más por qué estabas feliz, eso aparentabas mientras el se derrumbaba. Sus ojos se desviaron a Evan, quien jugaba con los niños y jugaban a las escondidas.

                       Fue con los demás de su grupo contando su jugada en contra del pequeño lo cual aceptaron.

— ¡Hey no!.— Te pusiste de pie de inmediato al ver cómo separaban esos chicos tontos a Evan de los niños.

                       Al querer detenerlos te sostuvieron dos restantes de ellos mientras Mike y el otro se encargaban de sostenerlo a pesar de verlo llorar.

— ¡BASTA! ¡Lo están asustando para de idiotas! ¡Detenganse!

                        Pero hicieron caso omiso. Mike estaba cegado por los celos. Acumulados de toda una vida, y habían aumentado últimamente por creer muy en fondo que le queto su luz. Tanto que no pudo evitar seguir actuando para meter a su hermano dentro de la boca de Fredbear. Y este en su rutina ocurre lo más catastrófico.  Sangre salpicó la cara de ambos adolescentes y los gritos inundaron el salón siendo estos los de Evan. Cubres tu boca horrorizada... Corres a el tratando de ayudarlo, pero llega el señor Afton y veo eso, su hijo menor colgando de la boca de un animatronico oyendose sus gritos de dolor.

                       Dónde Mike igual trato de soltarlo pero era inútil... Evan había sido atrapado por este.

— ¿COMO PASO ESTO? — Fue lo que oí decir al señor Afton que se notó furioso.

                       La ambulancia llegó de inmediato ante la exigencia de muchos invitados al servicio de emergencia. Dónde gracias a este sacaron a Evan y tu llorabas a mares donde Michael ni se diga. Lo miraste y este lloraba en silencio viendo a su hermanito
Irse inerte con una sábana blanca cubriéndolo.

                       Paso el tiempo. No fuiste al hospital pero supiste lo que era más probable, un día después del incidente Evan Afton había fallecido, fue de inmediato o eso decían, por qué al llegar ya era solo un cadáver que había que enterrar. Lloraste más donde era injusto y lo más triste que te parecía.

                      Guardando ese último dibujo de tu pequeño amigo.