Episodio VI: Calliot vs Weapon Machine

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—Preparate a morir humano insolente.

Su rayo pasó rozando su casco. Si no lo hubiera esquivado se hubiera rostizado completamente. Weapon Machine se lanzó para atacarlo, impulsándose con unos cohetes en su espalda. Su ropa se destruyó por el calor, mostrándose una compleja complexión física dónde se unían retazos de carne y metal color cobrizo. Los músculos estaban expuestos en parte del abdomen, bíceps y la boca. En su cuello se podían apreciar diversos cables de distinto grosor que formaban el cuello en sí y la nuca. Los huesos habían sido reemplazados por aleaciones entre distintos metales, al parecer predominaban el titanio y bronce. Poseía distintos armamentos, desde armas de filo hasta lásers a distancia. Se veía que no era completamente una máquina,pero tampoco un humano. Era un monstruo que solo podría ser fabricado por otro monstruo.

Intentó clavar una espadas que surgieron de sus brazos en el abdomen del héroe pero este lo bloqueó con sus guantes. Acto seguido, Weapon lanzó un cohete teledirigido de cada hombro, contra los cuales Calliot lanzó sus cuchillas para cortarlos y que explotaran en pleno vuelo. Esta vez el siguiente ataque lo lanzó Calliot, escabulléndose en el humo de la explosión para golpear a la máquina con sus propios puños y cuando sus cuchillas regresaron intentó clavarle una en su pecho, pero la detuvo agarrándola con sus palmas.

—¿Interferimos? —preguntó Axel, el hombre de tez morena, a Naomi. Todos estaban flotando en el cielo sobre una plataforma de metal gracias al poder de su líder.

—No. Estoy casi segura de que Machine podrá. Si le deja fuera de combate entramos nosotros.

La máquina logró zafarse del ataque y lo lanzó fuertemente contra un edificio a medio construir. Él se concentró e intentó evitar todos los ataques posibles hasta hallar una manera de derrotarle.

«Esta máquina es muy poderosa. Puede lanzar un láser, espadas, misiles e incluso puede desacoplarse. Sin duda, la situación va a su favor.»

«Quizás si le lanzo un rayo pueda desestabilizarle, pero nada lo asegura. Según lo que aprendí ayer, las gemas en el centro de los guantes provocan una energía extraña nunca antes vista en la tierra, es como la energía magnética pero con la intensidad de la atómica. Está energía se transmite a las cuchillas y logra controlarlas a distancia como si estuvieran amarradas a una soga. Pueden moverse en cualquier dirección y modificar la velocidad, lo cual es muy útil. Además esa energía ya se impregnó en mi cuerpo desde que tenía nueve años y también en el nanotraje, esto me lleva a la conclusión de que son armas diseñadas para un combate a distancia, aunque hay algunas funciones que descubrí que no he probado en el terreno... Es la hora de usar la gravedad para algo bueno.»

Calliot se alejó entre el humo de las explosiones y lanzó una cuchilla que el robot agarró y lanzó al suelo, luego él saltó y le pegó directo en su cara, usando la otra cuchilla en el guante para intentar cortarle. El robot puso su palma en el pecho y disparó un láser, lanzándolo por los aires. Cuando iba cayendo se defendió con sus guantes y el arma que le quedaba para la otra oleada de láser, los cuáles fueron más fuertes y dañaron un poco el nanotraje que se recuperó después de un momento.

Aprovechó el humo para fugarse y rodearlo. Machine utilizó visión térmica para ver dónde estaba. Pero Calliot había dejado una cuchilla detrás de Weapon sin que la máquina se diera cuenta. Cuando Calliot tuvo la oportunidad, hizo que esta saliera volando hacia la máquina para destruir su visor. Cuando el robot estaba parcialmente cegado, el chico salió y le lanzó la otra cuchilla que el robot logró agarrar una esquina con su mano derecha.

—Vaya —Calliot se burló estando en el aire—, y pensaban que las máquinas eran el futuro del país.

El arma que había agarrado Machine rotó en su centro actual de gravedad, que era la punta que estaba sujetando el robot. El arma le desgarró el brazo, tanto la parte mecánica como los músculos. Gritó de dolor mientras el arma giraba y destruía el brazo por pedazos. Calliot se sintió culpable por unos momentos, en los que se quedó paralizado. Contemplaba la escena mientras se replanteaba si eso era de verdad lo que tenía que hacer un héroe... Pero era la vida del robot o la suya.

CalliotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora