+48 Hours With You (Yeongyu ver.)

Capítulo 8: Bien, Quieres Cheezies?

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—Puedo dormir en el suelo— Yeonjun se ofrece como voluntario, tirando de su mano a través de sus rizos estirados mientras sus ojos escudriñan el interior de la habitación del motel —Haré una pequeña cama con almohadas y así podrás tener la cama

—No seas ridículo, Yeyo—Beomgyu sacude la cabeza con firmeza, poniendo su bolso en la pequeña mesa frente al espejo de la habitación —No puedes dormir en el suelo!— Yeonjun frunce los labios.

—Me quedo con la silla, entonces, puedo estirarme en ella...

—Por favor, tienes extremidades como Gumby— Girando los ojos, Beomgyu abre su bolso y saca sus artículos de aseo —No se puede dormir cómodamente en una silla, además, podemos ocuparnos los dos de una cama por una noche, no es el fin del mundo.

Hace cuatro días, Beomgyu podría haber considerado tener que compartir la cama con Yeonjun era el fin del mundo. Si alguien le hubiera dicho que no había habitaciones de motel disponibles en la carretera, Beomgyu podría no haber salido nunca de Daegu y esa primera noche en Kumi, recuerda, hubiera preferido asfixiar a Yeonjun mientras dormía que compartir la cama con él. Ahora, sin embargo, están en Chungju, y a pesar de que antes hablaba de lo mucho que despreciaba a Yeonjun, en poco tiempo se ha encariñado con él.

Hay una lista de razones por las que eso ha sucedido, piensa, mientras saca su cargador para enchufarlo a la pared. La proximidad forzada en el coche y en las habitaciones del motel probablemente tiene algo que ver, así como el hecho de que Yeonjun sea su única compañía en los últimos cuatro días. Y tal vez, sólo tal vez, una pequeña parte de ello se debe a la forma en que Yeonjun se ve en la tenue luz de la habitación del motel cuando se cae de nuevo en la cama, su camiseta negra subiendo sólo un poco para exponer los tatuajes que recubren la parte inferior de su estómago.

La forma en que sus ojos se las arreglan para brillar a la luz de la lámpara, mientras sus dedos bailan a lo largo de su pecho y tuercen sus anillos sobre sus nudillos. La forma en que sus labios, a pesar de su constante hábito de morderlos, se ven tan suaves y tan rosados, cómo Beomgyu piensa que el podría... Beom aclara su garganta, deteniendo sus pensamientos en su camino.

Piensa que hace demasiado tiempo que no está con otro ser humano, manteniéndose al lado de Yeonjun mientras busca su pijama en la maleta. Cuatro días es demasiado tiempo para estar con la misma persona, sin apenas tiempo a solas, y se pregunta si pronto podrá tener tiempo a solas cuando sus dedos rocen la conocida superficie lisa de silicona de su vibrador. Beomgyu se detiene, tirando sus dedos hacia atrás como si se hubiera quemado.

Si es cierto, lo había agarrado justo antes de dejar Daegu, por si necesitaba un poco de alivio del estrés. Mirando por encima de su hombro sutilmente, Beomgyu ve que Yeonjun tiene su teléfono ahora, sus ágiles dedos tocando a lo largo de la pantalla mientras yace en la cama. Tal vez algo de alivio del estrés es exactamente lo que el necesita, se dispone a agarrar las primeras prendas de vestir que pueda tener en sus manos, Beomgyu envuelve cuidadosamente su vibrador dentro de la tela, tratando de doblarlo para que no parezca que esconde un pequeño juguete sexual de color celeste. Una vez que lo hace lo mejor que puede, agarra su bolsa de aseo y se la mete bajo el brazo mientras se dirige rápidamente al baño.

—Voy a ducharme— Murmura, cerrando la puerta tras ella sin esperar la respuesta de
Yeonjun

Aunque el ritual de desnudarse, comenzar la ducha y ajustar la temperatura, relajar sus músculos bajo el chorro de agua (aunque de baja presión) es familiar, le toma unos minutos para armarse de valor y correr sus manos a lo largo de su cuerpo. Se toma su tiempo mientras sus dedos danzan sobre los planos de su pecho, bajando por su estómago, revoloteando sobre sus caderas antes de llegar a la punta de su miembro. Respirando profundamente, Beomgyu comienza con sólo sus dedos, pasándolos de arriba hacia abajo, lenta y cuidadosamente.