Capítulo 10: Dios, Quién Está Llamando Ahora Mismo?

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ADVERTENCIA: Este capítulo puede contener narrativa explícita y yo NO me hago responsable por sus futuros traumas, si no quieren leer solo salten este capítulo, pero no olviden dejar su estrellita aunque no lo lean.

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Su cuerpo reacciona antes que su mente, pero entre las sensaciones abrumadoras que lo rodean y las cantidades de licor en las que su cerebro está nadando, Beomgyu sólo puede registrar cada tercer movimiento. El micrófono cae de su mano sobre la barra mientras el enreda sus dedos en el cabello de Yeonjun, retorciéndose, tirando y recibiendo a cambio los más deliciosos jadeos de él.

Los dientes de Yeonjun atrapan su labio inferior, apenas tirando de la tierna carne. Las manos anilladas mantienen un firme agarre a los lados de Beomgyu mientras Yeonjun lo ayuda a bajar de la barra, sus labios siguen presionando firmemente contra los de el y el sabor persistente del tequila en la piel de Yeonjun mientras le besa la mandíbula, incapaz de apartarse por completo mientras Yeonjun lucha por pagar la cuenta con el camarero.

El nunca se había sentido así antes, Beomgyu ni siquiera sabía que se podía sentir así, no sabía que podía sentir un dolor tan profundo en su interior, tanto doloroso como placentero al mismo tiempo, y ser tan completamente consciente de que la única cura para ello es el toque de otra persona. Beomgyu se había convencido de que este arrebato era algo que era ficción, hecho por las vaporosas novelas románticas para atraer a las amas de casa solitarias a bucear bajo sus páginas.

Y sin embargo, aquí está el, saliendo a trompicones de un bar en Osan, Suwon, con Choi Yeonjun, alguien a quien juro de arriba a abajo que odiaba hace cinco días. Aquí está con la chaqueta de Yeonjun sobre sus hombros calientes, sus manos deslizándose por debajo, frotando su piel expuesta mientras la guía de vuelta al motel. Aquí está el con sus labios conectados a su cuello en el momento en que la puerta de su habitación del motel se cierra, sus dedos jugueteando con las cerraduras de la puerta mientras se niega a alejarse de ella.

Sí, Beomgyu piensa, mientras el roza sus caderas contra las de Yeonjun, saboreando el gemido estrangulado que él respira en su boca: nunca se ha sentido así.

Beomgyu— Cada jadeo de su nombre de sus labios suena como una canción —Joder, Beomgyu— Yeonjun se aleja de el lo suficiente para aspirar un aliento completo, el primero en lo que parecen horas —Yo... nosotros.

Cállate— usa su agarre en el pelo de él para tirar de su cabeza hacia atrás, arrastrando los besos de boca abierta sobre su yugular —Cállate, Yeonjun, necesito... necesito...

Necesitas qué?— Yeonjun exige, ojos oscuros mientras se aleja de ella. Un involuntario quejido por la pérdida de contacto se escapa de la garganta de Beomgyu y Yeonjun tiene que volver a armarse de valor antes de poder continuar —Qué necesitas?— Pregunta, luchando por mantener su voz controlada —Tienes que decírmelo, así que necesito que seas claro— Beomgyu lame sus labios hinchados, los ojos abiertos de lujuria mientras mira a Yeonjun, luchando por encontrar las palabras.

Necesito...— El traga una vez más, inhalando bruscamente mientras él lo agarra por los hombros para estabilizarlo —Te necesito, Yeonjun, sólo cógeme. Necesito que...

Antes de que pueda terminar su petición, Yeonjun lo ha cogido en sus brazos y lo ha tirado en la cama del motel como con fuerza y liviandad. Un jadeo de conmoción sale de la boca de Beom y el apenas ha conseguido sentarse antes de que Yeonjun esté enjaulado su cuerpo sobre el de él, forzándolo a volver a bajar mientras lo besa con fuerza.

Las manos de Beomgyu van directamente al dobladillo de su camisa, tirando bruscamente de la tela, empujándola por el cuerpo de Yeonjun antes de que éste consiga la pista para medio sentarse y quitársela él mismo. Después de eso, es un apuro quitarse la ropa, cada uno de ellos tirando a ciegas de camisas, chaquetas y pantalones. Todo es apresurado, y eso es lo que Beomgyu quiere, el no quiere tiempo para acostarse y explorar, y permitirse espacio para adivinar su decisión. Todo lo que quiere es que Yeonjun haga algo con el dolor de su corazón. Es esa necesidad la que hace que Beomgyu tire de su pelo para llamar su atención cuando empieza a besar sus muslos.

+48 Hours With You (Yeongyu ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora