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Camelias rosas: el presente
Bajo un sombrero
disfruto de la sombra,
aún estoy vivo.
Matsuo Bashō
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Taehyung miró cómo su celular vibraba en la mesa de la bodega, y esperó a que la llamada fuera a buzón.
Se quedó mirando la pantalla apagada los minutos suficientes para que la barra de jabón en el molde terminara de secarse. Cayó en cuenta, aletargado, de que ya no podría trabajar en los detalles de la superficie de la barra. Había querido dejar lavanda en ellos, y quizá un poco de brillantina.
Suspiró, alejando el molde para hacerle espacio a sus codos, y se dejó caer en la mesa. No es que estuviera aburrido, aunque lo parecía. Agradecía poderse tomar un descanso del ambiente del hospital, pero en este que era el hobbie que Jimin le permitía tener en su tienda, no encontraba cómo enfocarse en lo importante en vez de cuestionarse y repasar todo lo que había sucedido en una semana, trayéndolo allí.
Se incorporó para mirar su tobillo vendado. Inhaló hondo, intentando moverlo suavemente. El chillido de dolor en los tendones lo hizo detener y chistar. Necesitaría al menos 2 semanas más para sanar por completo.
Su mirada se perdió en el suelo.
No supo cuánto tiempo pasó una vez más, porque Jimin entró a la bodega, con la luz del atardecer en los hombros, e intentó entender su semblante.
Ladeando la cabeza, Jimin rompió el silencio de Taehyung: —¿Tae? ¿Estás bien?
Taehyung levantó la mirada hacia su mejor amigo. Le sonrió un poco.
—Sí, ¿por qué?
Jimin frunció el ceño, recostándose en el umbral de la puerta.
—Sigues trabajando en el mismo jabón de hace cuatro horas. No te has movido desde la última vez que vine.
El peligris se mordió ambos labios. —No tengo mucho para hacer con el tobillo lastimado.
Jimin lo alcanzó hasta sentarse a su lado. —¿Te duele mucho?
—No, estoy bien.
—No pareces estar bien.
—Realmente lo estoy —insistió, llevando una vez más como había hecho incontables veces esa semana, el hecho de que no podía ni dormir ni comer bien desde la caída por ese barranco. Eso fácilmente podía explicarse con estrés postraumático además del dolor en su tobillo. Él estaba bien aparte de eso.
—¿Sucedió algo más? ¿Estás seguro de que estás bien?
Taehyung se quedó mirando al rubio que una vez había sido un niño buscando el color de sus auras, y suspiró hacia adentro.
—Quizá sólo estoy cansado. No pasó nada. Seguro se me quita pronto.
Jimin se veía de muchas formas, menos crédulo.
—Bueno, ya hemos cerrado por hoy. ¿Vamos a cenar algo rico? Yo invito.
Taehyung le sonrió, extendiendo su mano para que le ayudara a levantarse.
—¿Carne?
—Uh, estás abusando de mi buena voluntad. Claro, te mimaré con carne ya que estás lastimado.
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Los hijos de la camelia «KookTae» ©
FanfictionFugitivos de Camelias Blancas, suicidas de Camelias Rojas, anhelo de Camelias Rosas. Conocemos el hilo rojo del destino, ¿pero cuántos destinos soportaría sin romperse? Libro origen del Universo Camelia. Actualización cada 6, 16 y 26 del mes. «nu...