13: el peso de una noche joven

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—Espere- Espere un momento.

Aunque Taehyung lo intentara, Jungkook no lo escuchó. Taehyung siguió corriendo.

—Jeon Jungkook-ssi.

Fue escuchando su nombre que el pelinegro se volvió hacia la voz, deteniéndose con brusquedad. Por poco, muy poco, Taehyung se chocaría con él.

Ambos se miraron, Taehyung jadeando y dando un paso atrás.

—¿Eh?

El peligris se apoyó en sus muslos, recuperando el aliento.

—Déjeme... acompañarle a casa...

Los ojos que lo recibieron cuando se incorporó estaban desconcertados.

—¿Por qué haría usted eso? —cuestionó Jungkook.

Taehyung no estaba muy seguro, pero era rápido para pensar. —Todavía lo lamento... Por lo del brazo. Déjeme comprar las camelias que tenga.

Jungkook ladeaba la cabeza, con unq expresión incómoda.

—Realmente debe dejar de hacerle favores a las personas sin razón. ¿Su tobillo no está lastimado? ¿Por qué corre, como un loco? Pagó la cuenta del hospital y no fue poco. Lástima de qué. Estoy bien.

—Puedo usar las camelias para hacer jabones.

—¿Por qué insiste tanto?

—Realmente quiero las camelias. ¿Por qué un vendedor va a rechazar a un cliente?

Jungkook exhaló.

—Está loco... Sígame, entonces.

Taehyung sonrió en medio de su jadeo, caminando hasta alcanzar a Jungkook, apenas consciente del dolor en su tobillo, punzante en sus tendones. El ocaso se oscurecía tras ellos.

🌸🎑⛩️

Jungkook abrió la puerta de su local, que era a la vez la puerta de su casa, y caminó adentro. El aroma a camelias —y vegetación— golpeó en el rostro a Taehyung una vez entró. Sin duda era un aroma que predominaba, sin embargo, no era tan terrible como lo describía Jungkook.

Taehyung se quedó en la entrada, sosteniendo la puerta, mientras Jungkook encendía las luces. Entonces las camelias rosas fueron todo lo que vio.

Se quedó anonadado, Jungkook como la única mancha oscura en medio de los arbustos, una abejita perezosa echándose al vuelo a su lado. Jungkook se inclinó hacia las flores como si quisiera olerlas.

No lo hizo, solo las revisaba. Las revisaba mientras hablaba. Taehyung tardó en seguirle el ritmo.

—..., pero no lleve más de las que pueda cuidar. Estas flores son caprichosas, necesitan atención. El clima las atrae, la estación es la ideal, así que necesitan consistencia para poder terminar su ciclo.

Taehyung asintió vagamente con la cabeza. Pasó el peso de su cuerpo al tobillo sano, punzadas de dolor cada vez más insistentes en su lesión.

—¿No va a pasar? Está dejando mi puerta abierta y ya cerré por hoy —dijo Jungkook, su voz áspera como cualquier otro día.

Taehyung se sobresaltó: —Claro.

Su intención de entrar habría sido exitosa si su tobillo, iracundo por lo mucho que había sido ignorado, no lo dejara. El dolor de la inflamación fue tan potente que lo hizo quejar, volviendo rápidamente a apoyarse en el otro pie.

Eso hizo a Jungkook darse cuenta de lo que sucedía. Con la boca ligeramente abierta miró a Taehyung, y luego a su pie.

—Está lastimado. Digo, sigue lastimado.

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⏰ Última actualización: Mar 07 ⏰

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Los hijos de la camelia «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora