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Nada, absolutamente nada, desde que Max llegó estuvo ocupado buscando a los cazadores y la supuesta aldea que fue atacada

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Nada, absolutamente nada, desde que Max llegó estuvo ocupado buscando a los cazadores y la supuesta aldea que fue atacada. Pero ni sus colegas ni él mismo lograron encontrar tal cosa, Incluso llegó a pensar que se trataba todo de una mentira.

Pero tampoco tenía pruebas de ello, solo quedaba una cosa, conseguir más información por parte del alfa. Fue directamente con ellos en cuanto los vio caminando por ahí

—Quiero hablar con ustedes — ordenó sin chistar, entre más rápido mejor.

Max y Checo voltearon las cabezas al mismo tiempo. El alfa pelinegro estaba por llevarlo al centro del pueblo, donde todos se emocionaron realizando preparativos para el festival.

—¿Sucede algo? — pregunto Sergio, deteniendo el paso en seco, tomo de la muñeca al otro alfa para que también se detuviese.

—Solo necesito aclarar algunas cosas con Max, no es necesario que te vayas — aviso firme y serio, apenas vio un indicio de retirada por parte de sumano derecha. Como su mayor persona de confianza, él debía ser el primero en enterarse.

—¿Sí? — no titubeó ni un poco, mantuvo firme la postura, y el mentón elevado. No se dejaría intimidar, ni siquiera por el jefe de la manada.

—No alargare las cosas, Max. Algunos alfas me acompañaron en busca de alguna prueba de que esa manada de la que hablaste existió. Estuvimos horas, ni siquiera un pequeño aroma, o indicios de pisadas, Verstappen. Quiero una explicación.

Max exhaló disimuladamente, su fuerte imagen no se vio opacada por las claras desconfianzas del Jefe Sainz. Su mente fue rápida en buscar excusas.

—Claro, le explicaré. Mi manada era pequeña y no teníamos un lugar en donde vivir. Nos movíamos constantemente de lugar y dormíamos al aire libre. Sin cabañas ni nada parecido.

Carlos lo miró sin creerle, al menos debía haber algo, ropa, sangre, ¡Algo! No quería desconfiar del alfa pero lo estaba logrando. Cuando estuvo apunto de hacer otra pregunta Sergio se interpuso.

—Carlos, no creo que debas hacer esto, Max ya tuvo suficiente con perder a su manada ¿No crees? No es necesario un interrogatorio, no tendría porqué mentir con algo como eso.

Carlos dejó escapar un suspiro, rodó los ojos un poco —Está bien, está bien, sí tú lo dices...— Max se notó sorprendido por la rápida aceptación por parte del líder. Y supo que tenía una gran, gran arma al lado suyo. Carlos realmente tomaba en cuenta cualquier opinión por parte del pequeño alfa, confiaba plenamente en su criterio.

Y al tener a Sergio de su lado, era un grandísimo punto a su favor.

Tendría que llevar a cabo su plan rápidamente, dicen que el amor vuelve tontas a las personas, ¿Porqué sería diferente con el pecoso?, Ya de por sí era un idiota crédulo y dañinamente amable (para su manada y para él mismo). Sinceramente, la situación le daba gracia, todo ese falso papelón, en el cual sí solo una persona en específico se lo creía, terminaba por influenciar a todos grandemente.

Passion between betrayal | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora