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Ese día, el invierno dio campanadas anunciando su pronta llegada, con una fuerte tormenta de nieve

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Ese día, el invierno dio campanadas anunciando su pronta llegada, con una fuerte tormenta de nieve.

Para la suerte de la pareja, ellos no tenían actividad alguna por realizar y habían quedado encerrados en casa, disfrutando de su rubio y acogedor hogar.

Se habían pasado la tarde entre abrazos y durmiendo plácidamente, el ambiente los volvía perezosos y solo deseaban enterrarse entre las calentitas sábanas.

Sin embargo y a pesar que Max se había colmado de mimos el alma, realmente no podía dejar de pensar en el sueño que había tenido.

Y es que, lo veía como algo muy probable y eso le asustaba.

Había pasado la mayoría del día llenándose la cabeza de pensamientos, de cosas que podría hacer para tener a salvo al alfa, y entonces, tomó una decisión de la que esperaba no arrepentirse.

Ya que la sola idea de tener que verse obligado a abandonar a Sergio con tal de protegerlo, le causaba un profundo dolor. Pero prefería eso a verlo muerto.

Sabía que lo lastimaría y así mismo, pero era lo mejor. Una vez robada la joya se iría dejando todo atrás, incluso a Sergio.

Bufo totalmente exasperado, debía ya dejar de darle tantas vueltas al asunto. Lo mejor era disfrutar del presente.

Así que, buscando distraerse de aquellos pensamientos, decidió preparar una deliciosa cena para su pareja, que consistiría en bolognesa sobre la pasta y deliciosas albóndigas.

Fue fácil, Sergio era un flojo y dormilón, así que sólo salió de entre sus fuertes brazos y piernas que lo rodeaban, con mucho cuidado, y fue a preparar lo que sería su mini cita. Suspiro, estaba perdido, es curioso pensar que hace poco había dicho, "el amor hace tontas a las personas".

¿Quien es el verdadero tonto ahora?

Usando todo listo, se permitió hacer del comedor uno de esos cursis ambientes románticos que tanto había odiado antes; sin embargo, conociendo al ilusionado de Sergio, le encantaría.

Fue al cuarto y movió con mucha delicadeza el hombro de Sergio, quien hizo pequeños sonidos que le parecieron extremadamente tiernos, más al verlo recién levantado y con el rostro hinchado.

—Checo, la cena ya está —aviso sonriendo y dejo un beso en la tibia piel de su frente.

—Voy. —habló con voz ronca por dormir tanto.

Sonrió mientras se levantaba de la cama, hasta ahí podía oler el rico aroma a comida. Camino junto a Max al comedor, quedó sorprendido al verlo. Era hermoso. Había dos planos sobre la mesa y una bonita vela en el centro.

—¿Tu hiciste esto? —preguntó viéndolo a los ojos cuando el alfa asintió con una sonrisa, se abalanzó sobre él. —Me encanta, ¡Gracias! —no era una mentira que le gustaban las cosas románticas y esto, era un lindo detalle.

Passion between betrayal | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora