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La llegada del invierno dió una fría bienvenida al pueblo, la noche se congelaba entre sus brazos y empañan los vidrios hasta dejar un paisaje nublado

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La llegada del invierno dió una fría bienvenida al pueblo, la noche se congelaba entre sus brazos y empañan los vidrios hasta dejar un paisaje nublado.

Sergio bebía un chocolate caliente junto a su ahora pareja Max, ambos simplemente estaban sobre los suaves sofás disfrutando de la compañía ajena y sus tibias presencias que los envolvían con sus atrayentes esencias.

—Agradezco haber hecho el trabajo hoy y no mañana —murmuró Sergio con la taza en sus manos para conseguir calor, mientras se acurrucaba junto al alfa rubio.

—Yo también agradezco eso —suspiró mientras reposaba la cabeza en su hombro, embriagándose con el aroma de Sergio. —Oh, mira... Creo que está nevando.

—¡¿En serio?! —el pelinegro terminó levantándose de un salto, y se acercó con los ojos brillosos de emoción cuál niño pequeño. Max no pudo evitar sentir ternura, —Me encanta el invierno... murmuró escribiendo garabatos antes de echar un último vistazo y cerrar las ventanas, —Es mejor así o entrará el frío.

—Umh, umh —el menor asintió —Ya..., ven aquí que tengo frío —se quejó en un lloriqueo, —Ven rápido, que tu lindo alfa quiere mimos.

Sergio volteó hacia él completamente sonrojado, todavía no se acostumbra a las muestras repentinas de cariño que atacaban a Max.

Se acercó a él hasta abrazarlo y acariciar sus lindos cabellos rubios. ¡Era tan suave! desearía quedarse así toda la vida si fuera posible. Max también acarició su cabeza con suavidad, esa noche sería su favorita de todas desde que comenzaron a salir.

—Checo —le llamo y no tardó en tener su atención, sus lindos ojos le miraban con duda y cariño.

—Te quiero —dicho eso comenzó a dejar besitos por toda su cara. Cabeza, mejillas, nariz, frente y labios.

Sergio sonrió cerrando los ojos, mientras sus manos iban a parar a los brazos de Max, sintiendo los cosquilleos de los labios contrarios por todo su rostro.

Luego se detuvo apresando su esponjoso labio inferior entre los suyos, el mayor se dejó hacer dejando también pequeños picos sobre la suavidad de su carne.

Cuando se separaron Sergio tuvo la dicha de admirar los pómulos rojos de Max, no dudo en acariciarlo con la yema de los dedos, sintiendo la zona tibia por el sonrojo

—Eres muy lindo estando sonrojado —provocó mordiendo juguetonamente sus grandes mejillas, haciendo a Max reír con fuerza.

Tomo de los hombros al pelinegro para separarlo, y movió un mechón de cabello dejando su frente al descubierto. Era muy guapo y no podía negarlo en lo más mínimo.

Deberíamos ir a dormir ya... —Sergio habló dulcemente, pero él alfa menor puso mala cara, no quería dormir. Quería estar un rato más abrazado de su mayor.

Sergio al ver la desaprobación en su rostro agrego —Puedes seguir dándome mimos, incluso podemos dormir abrazamos. ¿Qué dices?

El alfa aceptó, caminaron tomados de las manos hasta la habitación que ahora comenzaban a compartir y ahí, se acostaron en la suave cama, abrazándose de inmediato.

Passion between betrayal | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora