Peligro Infernal®

Capitulo 10.

Hola bellezas de la naturaleza:* ¡Las he extrañado mucho! ¡Perdón por la tardanza!

 

Tini's POV.

No lo soportaba más. Mis propios hijos me odiaban... ¡Y no los culpo! La única culpable aquí soy yo.

Tome un jarrón que se encontraba en el hotel y antes de que pudiera lanzarlo con fuerza hacia la pared una mano me detuvo quitándome el jarrón y devolviéndolo a su lugar.

–¿No puedes dejarme sola ni por un minuto? –Dije arrebatando mi mano de su agarre.

–Sabes muy bien que no te puedes poner histérica en un lugar como este. –Sabía que saldría con sus estúpidos comentarios.

–Lárgate de mi habitación. –Le susurré con algo de agresividad.

–Eso no me pedias hace tiempo. –Y seguía hablando a lo imbécil.

–Tú muy bien sabes que si me acostaba contigo era porque quería comprobar que Jorge era mejor que tú y así que lo era. –El me miró enojado y levantó la mano a punto de golpearme.

–¿Te atreverías a pegarme? Mis hijos me odian y... ¡Lo único que tú haces es venir a fregarme mi vida aún más! –Y su mano impactó en mi mejilla.

–Para que sepas quien manda. –Dijo y tomé mi arma apuntándolo en la cabeza.

–No me vuelvas a poner una mano encima o te mato y sabes muy bien que si me atreveré. –El solo me miro una vez más y se fue.

¿Qué debo hacer para que mis hijos me amen?

Antonia's POV.

Jorge se había quedado a beber el té conmigo, habíamos estado platicando en como seria la boda con Violetta. Yo estaba muy emocionada porque prácticamente todo ya lo tenía listo.

–Si me permites, pasaré al baño. –habló Jorge dejando la taza de té sobre la mesita que se encontraba frente a nosotros.

–Pasa querido, estas en tú casa. –le dije y me sonrió retirándose.

Estaba dándole el último sorbo a mi té y mi celular sonó. Era Diego.

–¿Qué es lo que quieres? –hable de forma brusca.

–La que golpeado, creo que todo nuestro plan se fue a la basura... ya no confiará en mí. –Habló algo nervioso.

–¡Es que eres un imbécil! –Grité. –Diego, No sé cómo harás pero arreglaras esto. –demandé.

–¿Qué quieres que haga? Ella después de haberle pegado me apuntó con un arma y amenazó con matarse si la volvía a tocar y creo que si me acerco a ella de nuevo. –su voz era asustada.

–Diego, solo preguntaré una cosa... ¿Por qué golpeaste a Martina? –pregunté tratando de mantener la calma.

–¿Qué? –escuché la voz de Jorge a mis espaldas. –Ese maldito. ¡Si me escuchas Diego! ¡Te mataré! –gritó molesto. –Nadie golpea al amor de mi vida. –susurró

Esperen... ¿El amor de su qué?

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