Capitulo 17.

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Jorge's POV

Violetta había desaparecido un rato, Antonia solo me recordaba que debía que decir que si costara lo que costara, tenía que hacerlo, si quería que nadie dañara a mi hijo. Ya había perdido las esperanzas de que Tini apareciera, ya había pasado una hora.

—Ya tardó Violetta. —dijo Antonia preocupada

—Ojalá se haya arrepentido. —hable en un susurro

—¡Aquí estoy! —apareció con un vestido diferente

—Estas más feliz de lo normal, sobrina. —habló Antonia con cariño, pero Violetta hizo una mueca para después poner una sonrisa forzada.

—Así es, tía. —dijo Violetta caminado hacia mí

—¿Podemos comenzar con la boda? —preguntó el padre asustado

—Sí, padre. —dije serio

—Te quiero, papá. —me dijo Jorgito queriendo llorar.

—También te quiero, hijo. —le dije

—Aún recuerdo cuando lo tuve. —comenzó a hablar la mujer a mi lado en un susurro. —Más vale que te cases conmigo, Jorge. —rio coqueta. —Me costó mucho inmovilizar a Violetta como para que digas que no.

Y entonces me di cuenta que la mujer que estaba a mi lado era mi Tini. Sonreí inconscientemente. Le hice una seña a Jorgito sin que Antonia se diera cuenta, para que se enterara que era su madre y el enseguida se puso feliz.

—Te amo. —le dije y besé sus labios sin importarme que Antonia nos viera.

—Vez como si puedes amar a mi sobrina. —Antonia habló pensando que era Violetta.

Tini solo hizo una mueca.

—Hay unos policías conmigo, los mandé a lo alrededores y ya saben mi plan. —habló en un susurro.

—¿Y Violetta? —pregunté con miedo a que arruinara la boda

—La deje inconsciente en una habitación, no había cuerdas ni nada así que trate de atrancar la puerta. —dijo guiñándome el ojo. —Casémonos

—Pensé que jamás dejarían de susurrarse. —dijo el padre guiñándonos el ojo dándonos a entender que nos casaría.

Después de todo el discurso por fin había llegado la parte que tanto esperaba.

—Señor Jorge Blanco, ¿Acepta a la señorita que se encuentra a su lado para amarla y respetarla, en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe?

—Acepto. —sonreí como estúpido.

—Señorita, ¿acepta al señor...

—Sí, sí, sí acepto. —dijo Tini sin dejarlo terminar

—Esa es mi sobrina. —Antonia comenzó a aplaudir.

—Ahora los declaro marido y mujer, puede besar a la novia. —habló el padre dándonos su bendición.

Y la besé, por fin estábamos asados.

—¡NO! —gritó Violetta entrando al cuarto donde estábamos. —¡TU NO PUEES CASARTE CON EL! —señaló a Tini.

—¡MALDITA MARTINA! ¿Cómo te atreves a venir así de ridícula a la boda de Jorgito y Violetta? —Antonia le apuntó con el arma.

—No, tú no entiendes, ella es una farsante. —dijo Violetta sacando un arma y apuntando a Tini.

Tini también sacó un arma y le apuntó a su hermana. Fui directo a donde estaba Jorgito y lo libere mientras ellas estaban distraídas.

—Corre y llega al auto. —le susurré

—Sí papá, sabes que conozco esta mina como la palma de mi mano, solo iré derecho. —asentí y el salió corriendo sin que nadie se diera cuenta.

—¿Por qué me apuntas con el arma, tía? —preguntó Violetta a Antonia.

Vi un arma cerca de la mesa vieja que ahí se encontraba y apunté a Antonia.

—Jorge, no cometas una estupidez. —dijo Antonia aun apuntándole a Violetta pensando que era Tini. —Y tú, Martina, Morirás hoy.

—¡Arriba las manos! —gritaron los policías llegando al lugar.

—Esta arrestada Antonia. —habló Tini

—¿Violetta? —preguntó Antonia

—No, Soy Martina. —Mi esposa sonrió. —Y gracias por organizar mi boda con Jorge, ahora estamos feliz mente casados.

—Te lo dije. —dijo Violetta con odio pero bajando el arma al igual que su tía ya que no tenían escapatoria.

—Todo en esta vida se paga y yo regrese para que saldaras tus cuentas. —habló Tini mirándola con odio.

—Pasaras el resto de tu vida en prisión. —hablé y las dos solo se limitaron a mirarnos a mi esposa y a mí con odio mientras eran esposadas y sacadas de esa mina.

Una vez que salimos de la mina todos vi como Jorgito ya se encontraba en el auto ansioso y al vernos sonrió y corrió hacia nosotros.

—¡Mamá y papá! —gritó abrazándonos. —Quiero ver a mi hermanita. —suplico.

—Claro que si amor. —dijo Tini.

—Qué bueno que viniste, mami. —dijo Jorgito abrazándola.

—Me alegro que llegaras. —le susurré

—Nunca me perdería nuestra boda. —me iba a besar pero sonó mi teléfono y era un mensaje de Alejandro.

—¿Qué pasó? —preguntó Tini.

—Alejandro nos invita a una carne asada. —dijo sonriendo.

—¡Sí! ¡Quiero ver a mis primitos! —Jorgito corrió hacia el auto.

—Vamos. —me besó

—Señores. —se acercó un policía. —Las detenidas han sido trasladadas al penal de máxima seguridad. —en dos días será su juicio y ya saben a lo que procede.

—Ahí estaremos. —hablé.

—Espero que el juez les de la condena máxima. —habló Tini.

—Yo también.

Hermosuras, ustedes querían Jortini y aquí está:) perdón por haber tardado, pero la escuela es importante, además tengo que ir viendo las universidades:)

Las amo y espero sus votos y comentarios.

All the love. S. xx




Peligro Infernal®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora