Capitulo 13.

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Tini's POV

―Hay muchos civiles aquí y no creo que ninguna de las agencias para las que trabajan quieran que uno muera, ¿o sí? ―preguntó uno de los asaltantes.

―Y no creo que quieras recibir un disparo en la cabeza, ¿o sí? ―preguntó Violetta retándolo.

―Hay que ver quien es más rápido. ―dijo Diego y enseguida todos entendimos que debíamos exterminar a los asaltantes.

―¡Todos abajo! ―gritó Jorge y los niños tanto como la demás gente se agacharon y después se escucharon unos gritos.

―Violetta, Diego, Izquierda, Jorge, derecha. ―indique y decidimos desarmarlos disparando a la punta de sus armas para que las tiraran.

―No se muevan. ―habló Jorge acercándose a ellos y pateando las armas hacia Violetta y Diego.

―Diego, las esposas. ―hablé.

Él se acercó a los delincuentes y los esposó. Tenemos que encargarnos de esta basura.

―Hay que llevarlos a la comisaria. ―dije algo triste al saber que no podría estar con mis hijos.

―Tú y Jorge quédense, Violetta y yo llevaremos a estos infelices. ―dijo llevándolos a la salida.

―Nos vemos. ―nos dijo Violetta y después se escucharon unos aplausos de las personas.

―Hay que ir a otro lugar. ―sugerí y Jorge asintió dejando unos billetes sobre la mesa.

―Mami, te quiero. ―dijo Jorgito abrazándome.

―Yo también. ―ahora Martinita.

―Es hora de irnos. ―habló Jorge mientras Yo tomaba a Jorgito de mi mano izquierda, Jorge tomaba mi mano derecha y Martinita iba del otro lado de Jorge.

―Queremos ir al parque. ―dijo Martinita

―Ahí hay helados. ―me miro Jorge.

―Así que helados, eh. ―dije mirándolos con cariño.

―A mí me gusta de pay de limón. ―habló Jorgito.

―Igual que a ti. ―me miró Jorge.

―Y debo imaginar que a Martinita le gusta el de pistache, ¿no? ―pregunté mirándolo.

―Sí. ―rio un poco.

Subimos a la camioneta de Jorge y decidimos ir a parque que los niños querían, al principio tenía miedo de que algo les pudiera pasar, pero al saber que Jorge también era agente federal me sentía más aliviada.

Les compramos los helados a los niños y después dejamos que jugaran en el área de niños, donde había juegos.

Antes que nada fui a revisar que todo estuviera en completo orden.

―No se alejen. ―les dije y ellos salieron corriendo con sus helados en la mano.

―Ya, dímelo. ―me dijo Jorge.

―Quiero saber, ¿Desde cuando eres agente federal? ―pregunté mirándolo fijamente.

―Es una larga y confusa historia, no quiero hablar de eso. ―dijo mirando hacia otro lado.

―Necesito saberlo ―insistí.

―Yo necesito saber porque desapareciste otra vez. ―Me miró fijamente.

―No es lo mismo.

―Claro que no, pero aun así coinciden. ―habló

―Yo, lo hice para protegerlos, a todos ustedes. ―una lágrima resbalo por mi mejilla.

―Yo, no sé por dónde empezar, es una larga historia.

―¡Mamá! ¡Papá! ―escuchamos a Martinita gritar.

Ambos nos sobresaltamos y corrimos a donde ella venia.

―¿Y Jorgito? ―pregunté con mi corazón a mil.

―Un señor se lo llevó. ―soltó en llanto. ―Lo cargó y se lo llevó a una camioneta negra y después se fueron.

―La historia tendrá que esperar. ―habló Jorge tomando su teléfono y marcando un número.

―Cuando encuentre a esos malditos los voy a matar. ―dije observando a todos y cada una de las personas en el lugar.

***se que es corto pero es que he tenido mucha tarea y tengo mucho estrés.

Las amo, voten y comenten.***

Peligro Infernal®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora